El lado B de Defensa y Justicia: el siempre polémico rol de Bragarnik

El empresario tiene una historia oscura ligad al fútbol. Fue uno de los artífices de la llegada de Maradona a los Dorados de Sinaloa.

Como en su momento fue Arsenal de Sarandí, el equipo de los Grondona, ahora es el momento de Defensa y Justicia, que en pocos años pasó de estar al borde de la B Metropolitana (tercera categoría) a alzar la Copa Sudamericana (segundo trofeo más importante a nivel sudamericano).

Pero hay una historia que pocos se atreven a recordar cuando alguien llega a la cima y es, lógicamente, el proceso de ese camino hasta tocar el cielo con las manos. Tiene nombre y apellido: Christian Bragarnik.

Aunque parezca mentira, la historia de Bragarnik con el fútbol empezó en la primera década del milenio cuando un jugador se acercó a su videoclub para que le hiciera un video sobre sus habilidades con la pelota. Sin explicar muy bien cómo hizo, el recopilador de imágenes consiguió él solo que Irapuato, de México, contratara al futbolista.

Un año después de gestionar aquella transferencia, un grupo de inversores le propuso a Bragarnik, aquel joven del videoclub, que fuera el presidente de Querétaro. Uno de los inversores era Tirso Martínez Sánchez, operador de los cárteles de Juárez y Sinaloa. Aunque las organizaciones suelen enfrentarse, los líderes de aquellos grupos, Amado “Señor de los Cielos” Carrillo Fuentes y Joaquín “Chapo” Guzmán Loera, se llevaban bien porque había trabajado codo a codo en el primer gran cártel de todo México: el de Guadalajara.

Una vez atrapado por los Estados Unidos, Tirso, alias “Futbolista”, declaró en el megajuicio contra “Chapo” ante el tribunal de Brooklyn a cambio de rebajar su pena por cruzar toneladas de cocaína en la frontera.

En ese mundo se encontró Bragarnik a su llegada a México. Tanto que la Federación Mexicana de Futbol (FMF) le pagó en 2006 14 millones de dólares a Tirso para quedarse con las franquicias de Irapuato y Querétaro para limpiarlas de cualquier relación con los cárteles del narcotráfico internacional. Bragarnik seguiría en el negocio del fútbol.

De hecho, fue uno de los artífices de la llegada de Diego Armando Maradona a los Dorados de Sinaloa, ciudad cuna del cártel del “Chapo”, que, aunque preso en los Estados Unidos, sus hijos y sus aliados continúan llevando los hilos del narcotráfico mexicano a la misma altura que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Bragarnik incluso se permitió auto venderse un jugador: Fabián Bordagaray, delantero de Defensa y Justicia, que en 2017 pasó a los Dorados por pedido de Maradona.

Como sea, de la mano de Bragarnik, Defensa y Justicia tocó el cielo con las manos al ganar la Sudamericana y él puede decir que ya no necesita de México para triunfar.