El próximo presidente tendrá un piso muy bajo de votos en primera vuelta

Así lo advierten las principales encuestas que manejan los políticos. El tema es preocupante por la futura gobernabilidad.

Varios consultores manejan el escenario presidencial 2023 con una notoria profundización de la fragmentación política. Los votantes no tienen un horizonte claro sobre el futuro y quién puede sacarlos de la crisis en la que está subsumido el país.

En la última elección presidencial, Alberto Fernández, triunfó claramente con el mas de 48% de los votos en primera vuelta, tras haber consolidado un número similar en las PASO.

Nada de eso ocurriría en el actual comportamiento de un electorado harto de los políticos, al menos en sus opciones tradicionales. El fenómeno Milei crece partir de esa dramática dinámica. Sin embargo, las principales consultoras, que por ahora solo publican imágenes positivas de supuestos candidatos, ven un diagnóstico de un piso muy bajo de intención de voto de los protagonistas.

Dicho de otra manera, quizás dentro de un año quien llegó a la presidencia lo haga con un piso de votos propios muy bajo, menor al 30%. Hasta se cree que por la fragmentación política uno de estos precandidatos a presidente alcance de 22 a 25% y con ello se meta en una segunda vuelta con un oponente y resultado abierto.

Al voto odio al de enfrente se le ha sumado un creciente descreimiento general en la llamada “casta” política.

Al voto odio al de enfrente se le ha sumado un creciente descreimiento general en la llamada “casta” política.

 

La idea misma de este cuadro de situación obliga a los principales espacios competitivos a pensar en la futura gobernabilidad más que cómo ganar la próxima elección.

El de qué manera y con quienes gobernar es lo que se adelantó en la discusión , y por ende hace fuertes ruidos internos tanto en el FdT como en Juntos.

En el caso de la oposición, es notoria la tensión interna entre macrismo y las huestes de Larreta sobre con quienes compartir una agenda de gobernabilidad.

Mientras Macri se vuelca claramente a la derecha ,despreciando a un sector del radicalismo y rechazando cualquier tipo de contacto con peronistas no k,  el Jefe de gobierno porteño cree necesario ampliar la base de sustentación sin prejuicios con peronistas , abonando un llamado año gobierno de unidad nacional.

Cristina apunta a asegurarse supervivencia política en la provincia de Buenos Aires, pero sectores afines no descartan que se anime un poco más a ir por una tercer mandato.

Otra disyuntiva es si alcanzara el trazas estos acuerdo mínimos y sumar aliados , una vez que se gane , o se hace perentorio el avanzar antes del cronograma electoral.

La realidad de experiencias de presidentes electos en el planeta que ven cómo en una par de meses acumulan rechazos viscerales de sus recientes votantes, es un modelo de fragilidad institucional que avisa también a la argentina.

Horacio Caride