El terror de CFK a los celulares: de las escuchas con Parrilli a la campaña con Alberto

El libro “El peronismo de Cristina” revela detalles desconocidos de la vicepresidenta.

17 de mayo de 2019, Juncal y Uruguay, Ciudad de Buenos Aires. Dos dirigentes llegan a la casa de Cristina Kirchner. Aunque son de su máxima confianza, la líder de Unidad Ciudadana les ordena dejar sus celulares al pie de la virgen que está en la puerta de entrada. No quiere que sus conversaciones vuelvan a salir en “La Cornisa”. Menos aún lo que tenía entre manos.

Ya en el living de su piso de la Recoleta, Cristina les anuncia que Alberto Fernández será su compañero de fórmula, pero aquel que se paseara por los canales de televisión para criticarla sin cesar, será el candidato a presidente y ella, a vicepresidenta. Sus dos confidentes deben preparar el video. Hasta que el anuncio no esté listo, sus celulares quedarán bajo la protección de la virgen. Así lo reconstruye el periodista Diego Genoud en su nuevo libro, “El peronismo de Cristina”, sobre la “dolorosa unidad” a través del Frente de Todos.

Desde que “La Cornisa” reveló sus comunicaciones privadas con Oscar Parrilli, que mostraban su cara más temible, pero no demostraban delito alguno, Cristina le tiene terror a los celulares. Es cierto: esas escuchas formaban parte de la causa por la fuga de Ibar Esteban Pérez Corradi. Pero la por entonces senadora toma desde entonces precauciones hasta con sus dirigentes de extrema confianza para que su siguiente jugada política, tal vez la más disruptiva de su trayectoria, no pueda ser interceptada por los mismos de siempre.

El 18 de mayo de 2019, muy temprano a la mañana, cuando algunos políticos aún duermen, Cristina publica el mensaje grabado el día anterior: “Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula a presidente que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice en las PASO”.

Recién entonces sus dos colaboradores pueden recuperar sus teléfonos.

El resto es historia conocida.

La “pinchadura” de los teléfonos del poder es una de las leyendas urbanas que se transmiten de generación a generación entre políticos, empresarios y periodistas. Basta con recordar algunas de las causas para confirmar que todos son susceptibles de ser escuchados atentamente por los espías o la mano de obra desocupada de las fuerzas de seguridad que se reconvierten como informante de la antes SIDE y ahora AFI o bien en empresarios de agencia de seguridad privada.

Sin embargo, un hombre que acompaña a Alberto Fernández en su estadía en la Casa Rosada y la Quinta de Olivos expresa ante Expediente Político que el Presidente no toma precauciones en cuanto a sus conversaciones telefónicas: “Olvidate, no tiene, pero seguro que en este caso tenía razón Cristina”.