El último café con Giorgeva le salvó la ropa a Alberto en la gira europea

Pocos anuncios, promesas, una foto austera con el Papa y un cambio de oxigeno para un presidente que siente el desgaste.

Al final valió la pena estirar un días más la gira presidencial se dicen entre si los miembros de la comitiva. De otra forma, hubiera quedado un sabor a nada.

Al menos ahora pueden chapear con la foto y la buena predisposición de la Directora del FMI, Kristalina Giorgeva. La rumana llegó hasta el hotel Sofittel de Roma y regaló lindas palabras: “Discutimos cómo podemos seguir trabajando de manera constructiva para comprometernos en avanzar hacia un programa para la Argentina”, dijo.

Antes, la tapa de los diarios “opositores” le cronometraron las milésimas de segundos que estuvo sentado ante el Papa. En cambio, el Secretario de Culto, Guillermo Olivieri, lo consoló a Alberto.  “Por lo menos evitamos que se tocara el tema aborto”, le habría comentado por la bajo.

Se sabe que el Sumo Pontífice hizo llegar el mensaje de la previa al viaje sobre que mejor no pasaran para la foto, que no era un buen momento de al relación y que ya Francisco había realizado todas las gestualidades de apoyo en la necesidad de que el reclamo argentino de alivio financiero llegases a los oídos correspondientes. Sin embargo, Alberto insistió en querer verlo.

Como dato colorido, a la salida del salón Pablo VI, el Papa le dio el paso al presidente diciéndole “primero los monaguillos”.

Antes fue Francia con Macrón, quien lo felicitó por la ley del aborto y le dejó claro que mas allá de la sintonía entre ambos , la Argentina debería arreglar sus cuentas con el FMI para aspirar a un trato preferente con el Club de París.

El comienzo entre fados y tangos en Portugal, tuvo el espejo de un país que supo tocar la lona de default y tener luego un salvataje.

Las fricciones internas de la llamada colación de gobierno no cesaron, Mientras Guzmán trataba de dar señales esperables a los mercados internacionales, en el Senado avanzó una declaración de condicionamientos a cerrar acurdos con el FMI a precio de costos sociales en plena pandemia.  A la vez Máximo reflotó un proyecto para congelar tarifas de gas.

Como dice un conspicuo peronista de horas de vuelo, es muy raro que una gira presidencial de este tipo resulte mala, salvo que la comunicación de un gobierno sea un desastre. Casi podríamos estar ante un ejemplo de esas características.

Como dice un conspicuo peronista de horas de vuelo, es muy raro que una gira presidencial de este tipo resulte mala , salvo que la comunicación de un gobierno sea un desastre. Casi podríamos estar ante un ejemplo de esas características.

Llevar periodistas a la comitiva no paciera haber dado resultados del mensaje que pretendió priorizar el gobierno. Para colmo pagó el precio de haber subido a una cronista inexperta de canal 7, solo por ser la hija de mandamás gremial.

En medio de la gira , estalló la guerra en Gaza. Felipe Solá otra vez como canciller no supo manejar su ansiedad oral en un comunicado que debió abogar por la paz sin otros acentos ni pretensiones. En cambio la letra emitida , acentuando la agresividad de los ataques israelíes e invisibilizando a Hamas, alteró a la embajada judía en el país.

Para cambiar oxígeno y cuidar una semana a su ministro de economía del esmerilamiento permanente del ala dura, el viaje tuvo sus pautas previsibles. Volver de mini vacaciones difícilmente pueda disimular el desgaste.