El Via Crucis electoral: Macri o Cristina

El cronograma electoral representa un camino plagado de espinas para el oficialismo y los K.

“Felices Pascuas, la casa está en orden”, fue la frase dramática que pronunció Raúl Alfonsín desde el balcón de la Casa Rosada ante una multitud que se interpelaba por la defensa de los valores democráticos. Allí había expectante una sociedad tratando de bloquear el avance del autoritarismo.

Macri cree poder convocar, de la misma manera, a los electores que le dieron un triunfo ajustadísimo en 2015 ante Scioli, que era lo mismo que decir contra Cristina.

Valores democráticos vs populismo es su carta electoral con una inflación fuera de control, que encuentra también algún punto de contacto con la hiper de los 80′.

Su propio Vía Crucis es saber que si gana por un número otra vez ajustado, deberá afrontar otra etapa de un gobierno impopular, plagado de problemas económicos irresueltos, es decir,  “hacer un trabajo sucio” para que otro lo capitalice.

El fracaso económico de Alfonsín tuvo como aliciente la pesada herencia militar y un comportamiento de la oposición peronista, poco racional ante las circunstancias.

Macri alentó a la sociedad a creer que su herencia iba a ser transformada en beneficios materiales, próximos, que finalmente se vio agravada por falta de pericia y equipos solventes.

Las medias aliviadoras que se ponen oficialmente en marcha a partir del lunes, serian, en el mejor de los casos, un colchón para no chocar antes de octubre. “Plan aguantar”.

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Cristina puede ganar y volver con su ministerio de “venganza”, y hasta si fuera herbívora, por conveniencia, su impronta dividirá mas indefectiblemente a los argentinos, con la ya perpetua Grieta.

Su Vía Crucis personal es el de la afectación familiar por el desgaste de la política y el sistema de postas en Comodoro Py, con resultado incierto. Ambas están involucradas, se retro alimentan y ponen un alerta sobre su candidatura.

La ex mandataria decidió viajar a Cuba, pese a la reciente muerte de su madre Ofelia. Cada uno sabe como llevar su propio duelo.

Cuando Néstor murió, su desaparición física fue transformada en un fenómeno político de resurrección del movimiento kirchnerista.

Ella intentó hacer algo nuevo, sin el mismo circulo que rodeó a su marido. Fracasó. La Cámpora sigue siendo su principal referencia de Dragones, como Daenerys Targaryen. La encerrona parece un cuadro inamovible.

La tercera opción está obturada por una guerra de egos y personalísimos que difícilmente se pueda destrabar.

La sociedad, por ahora anestesiada y apretad en el bolsillo, busca nuevamente su mesías que le diga “La Paz esta con vosotros”, o “Felices Pascuas…”. Nadie parece estar a la altura de las circunstancias.