Embajadores extranjeros perciben el regreso peronista

Muchos de sus operadores políticos toman contactos con los potenciales ministros de Alberto. En la embajada de México se recordó al Tío Cámpora.

Después de las PASO, no solo cambió el clima económico y político sino el del campo de la diplomacia. Los llamados a las embajadas de las representaciones extranjeras desde los centros de poder internacionales se multiplican y confirman la tendencia que Mauricio Macri estaría en retirada.

La calle México, donde está el búnker de campaña de Alberto, tiene a los operadores políticos de las embajadas pidiendo pista para hablar con el entorno del ganador de las Paso. Santiago Cafiero y Jorge Arguello son los más requeridos. Este último, figura como posible canciller.

Los representantes extranjeros en nuestro país reaccionan con sorpresa por los cambios tan bruscos que tiene la opinión pública local y les parece una eternidad el tiempo de aquel G20, realizado en Buenos Aires, en el que Macri parecía un estadista.

El jueves, con un casi mediodía primaveral, la vieja casona de Belgrano (sede de la bellísima embajada de México), el embajador Ricardo Valero recordó en su discurso de bienvenida, que esa sede diplomática le había dado refugio al ex presidente Héctor Cámpora en plena dictadura militar.

Cuenta la historia que el Tío ya estaba muy enfermo (de cáncer) y Videla se negó a darle un tratamiento humanitario hasta que ya muy complicado lo operaron en el hospital Italiano. Finalmente tuvo un salvoconducto a México, pasando su último año de vida en Cuernavaca.

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En la embajada de la calle Arcos, no hubo presencia de funcionarios del actual gobierno, solo un funcionario de tercer nivel de Cancillería. Tampoco estuvieron los simpatizantes k , ya que un tradicional segundo festejo lo tendrán la noche del viernes con aquellos ex exiliados argentinos que depositan agradecimiento al país, ahora gobernado por López Obrador, que les sirvió de protección en la época de plomo.  Allí estarán Vaca Narvaja o la pedagoga Adriana Puiggrós.

Entre el brindis por la fecha patria mexicana, se mezclaron exóticos diplomáticos de países nórdicos que ven con cierta sesgo de curiosidad y sorpresa los cambios tan radicales en la política argentina. Las preguntas entre nachos y otros picantes fue quién mandará en el futuro:¿Alberto o Cristina?