En el Congreso del PJ se mide la pulseada del futuro de la intervención

El acto estaba pedido desde principio de año, pero la litigiosidad de las facciones peronistas le ha dado un marco de intensidad notoria.

Gildo Insfrán, como presidente del Congreso partidario pidió 1 millón 500 mil pesos al gobierno nacional, que depositó al PJ para su manejo. Son fondos que corresponden por la cantidad de votos alcanzados en la última elección.

Sin embargo, el actual interventor Luis Barrionuevo los retuvo para escupirle el asado a los antagónicos del Sanjuanino, José Luis Gioja.

Conclusión: los expulsados de la sede de Matheu deberá poner platica de otro cajones  para desarrollar el Congreso y conseguir cubrir los gatos de los envíos de telegramas a los 900 congresales que estaño convocados.

Un resultado digno de los que impugnan a Barrionuevo sería que ocupen sus lugares al menos 600 congresales, en el estadio de Ferro

Entre los más notorios estarán Carlos Menem, algunos gobernadores e intendentes del conurbano.

Los grandes ausentes : los gobernadores de Córdoba y de Salta.

Por su parte, Barrionuevo presentó un escrito, a la justicia,  diciendo que ser encuentro sería fraudulento ante el conflicto partidario suscitado.

En la historia de los Congresos justicialista siempre hubo coartadas y chicanas. La justicia, cuando dispuso la  intervención, no fue clara sobre el manejo de los fondos partidarios por lo cual se produjo un conflicto de interpretaciones.

La cinchada peronista disputa el poder de convocatoria  . La jugada del gastronómico es vaciarla de números y contenido.

Quieren ganar en lo político lo que parece peligrar en lo judicial , ya que la intervención podría sufrir un revés en la Cámara Electoral.

El inminente acuerdo con el Fondo, ilustrara los discursos donde el juego al igual que pasa con el sindicalismo peronista es jugar a quien se pone duro y quien puede disimular su tibieza.