El Gobierno teme por la militarización del gabinete Bolsonaro

Sigue nombrando militares retirados o en actividad en puestos clave. Trump lo alienta para incrementar presupuesto en armas.¿ Cuál es la mirada del sistema político argentino?

Bolsonaro y su efecto en la región es mucho más que una mala copia de un alucinado líder autoritario del siglo pasado. Su impronta y definiciones antes de asumir, salpican de dudas a una todavía joven democracia de la región.

El presidente electo sigue dando nombres de militares que integrarán su gabinete. El último es Fernando Azevedo como ministro de Defensa. Ocupó el cargo de Jefe de Estado Mayor y se venía desempeñando como asesor del Supremo Tribunal Federal de Brasil, los mismos que confirmaron la prisión de Lula.

El staff castrense se completa en la cúpula con el vicepresidente electo, el general retirado Hamilton Murao, quien había sido degradado por el PT por sus declaraciones públicas en contra del anterior gobierno. También nombrará como Ministro de Transporte al general retirado Osvaldo Ferreira.

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Tode este nuevo esquema de poder teñido de militarización más el apoyo de la iglesias evangélicas pone en un signo de interrogación la calidad institucional de libertades públicas que tendrá la etapa Bolsonaro. Un nuevo chavismo con sino ideológico contrario.

El problema es que Argentina que luchó por la no chavización de su esquema democrático ahora tiene un peligro real ya que Brasil influye concretamente en las fronteras.

El Jefe del Estado Mayor Conjunto, Teniente General Bari Valle Sosa, viajó hace poco a San Pablo y se entrevistó con los Generales empoderados del país vecino. Antes de que ganara Bolsonaro, le dijeron: “No es que nos guste, sino que los otros (PT) no queremos que vuelvan nunca más”.

Una duda invadió al militar preferido de Macri y de su ministro de Defensa, ¿ si se intensifican los controles anti narcos en Brasil como se coordinara que esas bandas no se filtren en nuestro país?

La Ministra de Seguridad tomó debida nota. Ella aspira a comandar la cara de la Bolsonarización que quiera adquirir otro gobierno que pide pista en la derecha. El problema sigue siendo la posible sobreactuación y sus consecuencias.

El G20 en próximos días en Buenos Aires permitirá ver de cerca al nuevo fenómeno de la política.