En el Poder Judicial hay confusión sobre cuándo y cómo caerá la reforma

Hay tres preguntas que se hacen, mitad en broma mitad en serio, en el ámbito judicial. En las conversaciones por Zoom se repite el chiste. La primer pregunta es cuándo reprimirá el General Alais, la segunda cuándo viene el pico pandémico, y la tercera es cuándo caerá la reforma judicial que viene amenazando el gobierno.

Los últimos gestos, declaraciones y hasta acciones directas de funcionarios nombrados, alertan al Poder Judicial que va llegando la hora de la verdad.

Al frente del Servicio Penitenciario, como interventora, Cristina puso a la fundadora de Justicia Legítima. María Laura Garrigós sostuvo que las reformas deberían llegar a la Corte ya que “parecen del siglo pasado”.

 

En el Alto Tribunal tragan saliva y van midiendo cuan serio avanza el proyecto de aumentar el número de integrantes del último intérprete de la Constitución. Zaffaroni y el abogado de Cristina, Carlos Beraldi, son las puntas de lanza de la iniciativa.

La comparación con otras cortes modernas, donde se llega hasta 20 integrantes sopesando la multiplicidad de casos y enfoques a abordar, figuran en los borradores.

Por eso hasta se planea que existan comisiones especializadas dentro de la Corte, a la hora de emitir los votos. La síntesis de esta pata reformista y la de los tribunales federales es la misma: poder en muchos, poder en nadie. Según, entiende el kirchnerismo se desbloquearía el llamado Lawfare.

A Lorenzetti lo tienta hacer cuentas para ver si pude recuperar la presidencia que perdió pero no ignora que su tiempo tiene fecha de vecimiento para el kirchnerismo. Sino alcanza con escuchar los dardos de Parrilli en el Senado: “Yo he denunciado penalmente al doctor Lorenzetti, y además he hecho una presentación ante la Corte Suprema para que investiguen “, señaló al respecto de la causa de las escuchas ilegales.

Nadie dará batalla pública por estos avances en la Corte y por seguir manejando las escuchas que han manejado discrecionalmente Lorenzetti e Irurzun, y que deja perplejos a los demás cortesanos.

¿A caso son Béliz o Vilma Ibarra los reformistas moderados o son las lanzas de Instituto Patria los que podrán el sello final al proyecto?

La Justicia pasó de la denominada mesa judicial, en el anterior gobierno, a desconocer quiénes son los interlocutores válidos. Cristina desconfía de casi todos y a los que toma como coyunturales aliados, sigue de cerca sus movimientos.

¿Acaso son Gustavo Béliz o Vilma Ibarra los reformistas moderados o son las lanzas de Instituto Patria los que podrán el sello final al proyecto?

La ministra de justicia, Marcela Losardo, es una sombra que solo no ha renunciado por pedido de su amigo y presidente de la Nación.

Cuando se superen batallas importantes como Vicentín y el impuesto a la riqueza, la primavera traerá nuevos bríos a los que no olvidan los combates que se perdieron en los gobierno de Néstor y Cristina.