En la Justicia, los trapitos se lavan puertas adentro

El 16 de julio, la jueza contravencional porteña Gabriela Zangaro condenó a Javier Claudio Weber a un año y medio de prisión en suspenso por amenazar a su ex mujer. El caso dejó de ser uno más el lunes pasado, cuando Weber fue a la puerta del colegio donde van sus hijos, en Palermo, y le disparó a su ex esposa. A las pocas horas, trascendió la condena que había tenido dos semanas antes y llovieron las críticas contra la jueza. Como suelen hacer los magistrados, Zangaro se quejó puertas adentro. “Hay dos condenas de este tipo (este año) y dos son mías”, repetía en los pasillos de Tribunales. El viernes, cuando se leyeron los fundamentos de ese juicio, tuvo otra reacción de manual y prohibió el ingreso a la sala de los medios con el argumento de que había menores involucrados. El fiscal que interviene en el caso de las amenazas, Andrés Gómez Ríos, estaba decidido a apelar la condena, pero podría cambiar de opinión tras escuchar los fundamentos.