Enredados por la Grieta y el tiempo de espera a octubre

Hay casi certezas que Alberto habló de adelantamiento de elecciones como escenario posible ante el Fondo. Macri encaprichado por el efecto balcón.

Pase y vean, Argentina un país en el que siempre se puede estar peor y despertar al otro día. Los políticos tiran de la cuerda y los economistas dan recetas tardías. Hace casi cuatro años debimos tratar de explicar al mundo por qué una presidenta saliente se negaba a entregarle el mando a otro ungido por el voto popular.

Hoy, un candidato ampliamente ganador de las internas crece en prisión de responsabilidad ante el deshilachado poder formal. El presidente Macri, encaprichado, piensa que el balcón de la alegría puede curar las heridas de un electorado que lo castigó en su amplia mayoría, clase media sobre todo, por secarle los bolsillos sin canales aliviadores.

Todo esto además con una Grieta social y política que comenzó siendo un instrumento electoral y, en el presente, adquirió una dinámica destructiva propia, sin control.

Melconian de un lado, Asís del otro….ambos coinciden en que a este ritmo de los desencuentros no se llegará de buena manera al 27 de octubre.

Dos llamados, amarretes en compromisos a futuro, fueron insuficientes para reencauzar una paz cambiaria. Tras la dura reunión de Alberto con el FMI, todo se volvió a ir de madre. El gobierno sostiene que la “madre” de la batalla es Cristina, que habría ordenado romper desde Cuba.

Pichetto lo planteó sin eufemismos en los medios, tras una jornada plagada de versiones, argumentando su conocimiento del campo peronista y lo que pasa cuando se huele poder.

El tiempo es veloz aunque a veces la necesidad política necesita adelantar el futuro. Mientras el desgaste es mutuo. Macri que va asumiendo a ser opositor y ALberto que envejece en poder que todavía no tiene pleno.