Espert suma adeptos y se candidatea para “presidente”

El economista mantuvo una charla desopilante con sus seguidores en la Feria del Libro, donde habló de la realidad a su estilo. 

Cuando un joven se declaró “espertista”, José Luis Espert no dudó y festejó con un “Espert Presidente”, al tiempo que lanzaba besos para todos lados. Además dijo que para sus íntimos es más bueno que el osito Winnie Pooh. Pero a la hora de hablar de la realidad nacional, no paró de golpear con definiciones que dejaron patitiesos a más de uno.

“La Argentina devorada” es el título de su nuevo libro. El periodista Roberto García hizo de bastonero y señaló a Espert como “coherente y valiente”.

El economista de entrada nomás le pegó a empresarios “prebendarios” como José Ignacio de Mendiguren, y sindicalistas “mafiosos” como Hugo Moyano. En cuanto a los políticos, no hizo distinciones: “Son casi todos ladrones”.

Manifestó que la “decadencia cultural” argentina lleva entre 80 y 90 años, porque promueve el Estado deficitario, la cerrazón comercial y se niega a una reconversión productiva. No obstante, agregó, hay más de 30 por ciento de pobres y la inseguridad es rampante.

Espert también sostuvo que Argentina se perdió “una gran oportunidad” cuando en 2005, el entonces presidente norteamericano George Bush ofreció al país incorporarse al NAFTA, y Néstor Kirchner le contestó con una contra cumbre, mandando el entonces presidente Hugo Chávez, “al carajo” al ALCA.

El economista se pronunció a favor de echar un millón de empleados públicos y provocar una devaluación muy grande pues “hoy el dólar está regalado”, igual que en la convertibilidad del uno a uno. Extremista e irónico, propuso dejar que se profundice la crisis para que vuelva el peronismo y “se pudra todo”.

También fue impiadoso con la administración radical de Raúl Alfonsín: dijo que “el superávit” de los primeros 4 años de Néstor Kirchner “se debió al julepe de la clase política, que había sido corrida en 2001″. “Estaban todos cagados”, graficó.

Sobre Mauricio Macri, afirmó que “no es liberal” y lo definió como “timorato”. “El gradualismo no sirve”, se sinceró. “El plan como está no sirve para nada, no es sostenible en el tiempo. Mientras haya financiamiento externo continuará, pero es insuficiente apostar solo a la baja de la inflación”, dijo.

Cuando Roberto García le señaló que tenía planteos como los de la extrema izquierda, Espert volvió a encenderse: “Esos muchachos están mal de la cabeza. Los del MAS quieren una revolución bolchevique que fracasó en todo el mundo. Yo apuesto por modelos exitosos. Para mí Milton Friedman es un héroe y respeto a intelectualmente a Keyness, porque quiso salvar al capitalismo de la revolución marxista. Pero hoy Keyness no avalaría un Estado deficitario como el argentino”.

Para finalizar, Espert reconoció que una reconversión como la que él propone tardará muchos años y que no es posible hoy abrir sin recaudos la economía. “Yo (como Presidente) reclamaría apoyos y metería presos, por las buenas o por las malas, a los que se quieren fumar en pipa a la Argentina”, lanzó. 

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