Estalló la crisis del coronavirus carcelario en Santa Fe

Motin de proporciones en la cárcel de Coronda. Otra falta de previsión del lenguaraz de Saín.

Las cárceles deberían ser los lugares más seguros de la Argentina, si de coronavirus se trata. Como no pueden salir, claro está, el virus que nació en el lejano invierno chino no puede entrar. O eso marca la lógica.

Sin embargo, 300 internos de la cárcel de Coronda acusan a los guardiacárceles de haber vuelto de vacaciones de las “zonas de riesgo”, como Europa, Estados Unidos y Brasil sin cumplir con la cuarentena obligatoria.

La protesta en Coronda, con quema de colchones incluido, rápidamente se trasladó a la unidad de Las Flores, también en la provincia de Santa Fe. Los penitenciarios intentaban contener el malhumor de los detenidos.

Los líderes de los internos planteaban como alternativa acceder a la libertad condicional o cambiar celda por prisión domiciliaria hasta que el coronavirus desaparezca.

Pero, en realidad, los presos quieren aprovechar la crisis sanitaria para no cumplir sus condenas. En Santa Fe solo hay cuatro casos detectados, según el Ministerio de Salud.

Del otro lado de la crisis carcelaria está, entre otros, el ministro de Seguridad local, Marcelo Saín, que ayer tildó de “cheto” a los argentinos varados en el exterior que quieren ser repatriados.

Antes habían bromeado en un canal de televisión de la ciudad de Buenos Aires: “Vine a descansar acá porque si me quedo en Santa Fe me cagan a tiros”.