Ernesto Sanz: “En la Corte están todos peleados, por eso no salen los fallos”

El dirigente radical tiene angustia por la posible vuelta del “que se vayan todos”. Su opinión sobre Rafecas. Dice que en la Corte “están todos peleados”.

Realista con el sistema presidencialista que arrastra el país, que es más brutal cuando gobierna el peronismo, Ernesto Sanz sabe que Borgen es una excelente serie danesa, muy lejana a la realidad nacional.

Allí la primer ministra debe obligatoriamente buscar consensos en un sistema monárquico constitucional, donde el barro existe pero el sistema a la vez se auto regula con mucha racionalidad.

Propone dejar de lado las grandes pretensiones teóricas e ir a “la revolución de la normalidad“. Al tomar la pregunta que se hacer Vargas Llosa sobre Perú en la novela “Conversación en la Catedral” se pregunta : ¿Cuándo se jodió la Argentina? La primer respuesta que encuentra en lo económico es a partir del Rodrigazo.

Sanz sabe que una cosa son la series y otra muy distinta la realidad de la grieta argentina con una cornisa permanente en el abismo de sus instituciones. Por eso no duda: “Esto no es Borgen, debe ser el presidente el que ejerza el poder“, comenta a Expediente Político sobre la dualidad de quien gobierna del binomio ganador de las últimas elecciones.

Sostiene que el verdadero causal de la crisis actual reside en un problema político, con “un gobierno que lleva adelante una agenda equivocada“.

Reconoce el fracaso del gobierno de Macri pero advierte que en Cambiemos no hubo conflicto en la coalición. Por otro lado, reconoce que “en ninguna de las dos coaliciones, la que gobierna y la opositora, hay un liderazgo claro“.

El mendocino cree profundamente en el diálogo político aunque advierte que “los acuerdos se buscan cuando uno está fuerte en el poder“.

Una conclusión de sus años acumulados, como actor político importante, es que a la dirigencia argentina le cuesta mucho alcanzar acuerdos.

Las últimas fotos de acuerdos se trazan en 1987, 1994 y en el 2002, en las tres instancias jugó un rol determinante el ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín. Fue con el levantamiento de Semana Santa, el Pacto de Olivos y la crisis 2001-2002.

Ya no existe los caudillos de antes , y sobre esto Sanz señala que “una buena agenda de temas a tratar debe saldar ese vacío“.

El trazo grueso que considera necesario discutir es que tipo de capitalismo quiere el país. Después que tipo de moneda de cambio vamos a defender y la tercera el alineamiento con el mundo.

Para defender el peso hay que tener disciplina fiscal e independencia del Banco Central“, puntea sobre la política económica vigente.

Está el camino del mundo desarrollado y democrático o Venezuela e Irán“, recalca Sanz.

“Cada fracaso nos hunde un poco más”, dice el mendocino angustiado por pensar que se vuelva a algo parecido al 2001 con “el que se vayan todos”.

En 37 años de democracia hemos acumulado más fracasos que triunfos“, funde un mirada realista sobre la bronca de la gente.

Las lágrimas de algunos diputados en la sesión que se recordó la llegada de la democracia fueron “el resabio amargo de muchas asignaturas pendientes como la pobreza“, razona el ex senador.

Es de los que proyecta que el radicalismo podrá poner un candidato competitivo a presidente para el 2023. Su mirada apuesta al actual titular del partido y ex gobernador mendocino, Alfredo Cornejo.

En la temática de actualidad pura, prefiere comenzar por como se va a instituir el nuevo modelo del ministerio público que en debatir el nuevo nombre del jefe de fiscales: “Hay que cambiar el carácter vitalicio al Procurador, las excesivas atribuciones y hay que ponerle controles“, señala tomando distancia de la estrategia de Carrió que pide apoyar la figura de Daniel Rafecas.

En la Corte están todos peleados, por eso no sale el fallo de los jueces desplazados por Cristina“, advierte , sin dejar de remarcar que el número de integrantes no se debe alterar.

Kirchner utilizó un sistema de acumulación de poder corrupto“, no duda. Sobre al actual vice: “Cristina busca el modelo de impunidad y revancha de lo que fue el gobierno de Macri“.

Cierra con una categórica recomendación: “Tomo uno de presidencialismo, el poder lo tiene el presidente y punto“.