Desde abril, Berni sabía del malestar en la fuerza y subestimó el escenario

Mantuvo negociaciones discrecionales con su segundo y los rebeldes. Las sospechas que tiene del “activismo” de Ritondo.

¿Qué hizo Sergio Berni desde principios de abril, cuando tuvo señales claras del malestar de las bases de la policía bonaerense por sus situación salarial? Los problemas de reclamos latentes de los uniformados rebeldes comenzaron a gestarse con las primeras caídas de las hojas de los árboles, en un otoño del hervor azul.

El funcionario no percibió que la movida no era marginal sino muy representativa dentro de la fuerza.

Su manejo de la crisis fue absolutamente discrecional y solo se notificaba ante el Instituto Patria, al que le informaba que la situación estaba “bajo control”.

El propio Kicillof y sus principales funcionarios de áreas, como por ejemplo el de Justicia, Julio Alak (sigue mudo), fueron ajenos a los manejos del delicado tema.

Expediente Político pudo reconstruir el camino de degradación que tuvo una rebelión, pocas veces vista en democracia, de los uniformados, solo comparable con el malestar que ocasionaron algunas purgas en la etapa de Leon Arslanián.

Super Berni le dejó el principal foco de las medidas de contención a uno de sus segundos quien pensó que con voz de mando y mano dura el asunto iba a menguar.

El funcionario recibió los primeros moretones del choque con los reclamos de la Policía que pasaron de reclamos genuinos (salarial y la desprotección que les generó la pandemia), a otras mezcladas con la política,

Super Berni  le dejó el principal foco de las medidas de contención a uno de sus segundos  quien pensó que con voz de mando y mano dura el asunto iba a menguar.

Una cuestión que generó recelos desde el arranque de la nueva gestión fue el nombramiento de Comisario Daniel García como mandamás de la fuerza, ya que tiene menos años que sus subordinados inmediatos.

García percibió, en primera persona, la falta de respeto que inspira, ya que en el piquete uniformado de La Matanza fue abucheado y se tuvo que retirar de las negociaciones. Ya le buscan reemplazo.

Por último, el peligro es que sigan pasando las horas de pseudo anarquía en la fuerza y la protesta se expanda en el resto del paìs.

Berni señala en off que Ritondo está detrás del activismo de ciertos voceros de la rebelión con huellas en los Sin Gorra, policías que en tiempos del primer kirchnerismo fueron exonerados. no tiene tiempo de seguir pensando en conspiraciones.