Presión por una “amnistía” en financiamiento de campañas

Un grupo de senadores K y un radical intentan colar una “perdón” hacia atrás en la revisión de gastos. El gobierno quiere zafar del balance 2015.

Cuando todo parecía que funcionaba como un violín, en el consenso por una nueva ley de financiamiento de la política, metieron la cola intereses corporativos partidarios para tapar indicios de futuras investigaciones, en los gastos de las últimas campañas políticas, tanto del kirchnerismo como de Cambiemos.

Pichetto alcanzó con el gobierno coincidencias para votar un único proyecto de financiamiento de la política y dar una señal clara tras el escándalo de los cuadernos de la corrupción. La iniciativa, articulada por el funcionario Adrián Pérez, habilitaría los aportes de empresas fijándose un tope, dejando atrás la hipócrita herramienta actual que solo puedan hacerlo particulares, muchas veces de dudosa procedencia.

Se sabe que sectores del kirchnerismo y un senador radical presionan para una amnistía hacia atrás en las últimas campañas políticas, actualmente cuestionadas por la revisión de la Cámara Electoral.

Esta alta instancia judicial, competente en lo electoral, viene detectando diversas irregularidades de aportantes a las principales fuerzas políticas, y a la vez admite problemas internos de operatividad para poder auditar la montaña de información vidriosa que hay al respecto.

Quizás un “indulto” hacia atrás, dejaría tranquilo al sistema. FPV y el Massismo junto con Cambiemos tiene la misma raíz de los pecados de campaña, cada una con su justa dimensión según el tamaño de la caja.

En las bancadas, los más sensatos, evalúan la repercusión negativa que tendría dicha noticia en el marco de políticas anticorrupción, si bien existen antecedentes de amnistías anteriores, en este aspecto. El contexto ahora es explosivo.

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Los sectores kirchneristas presionan en el Senado para no quedar ellos solo con el saldo del lastre de ser responsables de malos manejos en los fondos de las campañas y temen que el proyecto original del Ejecutivo, avalado por Pichetto, les sirva para “limpiarse del lastre de la campaña 2015” que llevó al poder a Macri.

Si aceptan, con la nueva ley de aportes, a las compañías ; conseguirán justificarse por la ley más benigna hacia la resión del pasado y a la vez obtener mayores fondos de campaña para la reelección“, dice un Cristinista.

De todas maneras, existen todavía muchos balances hacia atrás pendientes de revisión que pueden aportar cruces interesantes de información en causas vivas en Comodoro Py y hasta en pesquisas de jueces federales provinciales.

Los miedos son cruzados. Los kirchneristas con los cuadernos y la obra pública de los “Lopecitos” y el actual oficialismo con los fondos irregulares detectados en al campaña de Vidal en la provincia de Buenos Aires sumado al testimonio del periodista Hugo Alconada Mon, quien sostuvo que empresarios le reconocieron que el propio presidente les pidió aportes.

Alconada ratificó, ante la justicia, lo que escribió en su último libro sobre que Macri les pedía el 1 por ciento del patrimonio de ellos, y ante el asombro, les argumentaba que él exigía el 1% por ciento porque el 99 por ciento restante iba a valer mucho más con él como presidente de la Nación”.

Al juez platense, Ernesto Kreplak, que investiga los aportantes truchos de las campañas de Cambiemos de 2015 y 2017, le interesó de sobremanera su confirmación.

El asunto del manejo de fondos de campaña es una bandera futura a la búsqueda de transparencia, aún no resuelta y tiene una extrema sensibilidad, pensado que a presidentes como el español Rajoy, le costaron su gobierno.

La ley debería salir después del tratamiento del presupuesto. El pronóstico: reservado.