Fuerte polémica generó el choque entre Viviana Canosa y una editora de género

Mariana Iglesias, de Clarín, escribió un artículo pidiendo que América saque a la polémica conductora. Cómo sigue la historia.

El jueves 10 de marzo, la periodista y editora de Género de Clarín, Mariana Iglesias escribió la nota “Viviana Canosa y el lado del mal” en la sección Miradas. En la misma se refirió acerca de la responsabilidad del canal de tener en pantalla una periodista de las características de Canosa, ferviente anti feminista, negacionista de la pandemia, entre otras cosas.

Un par de horas después, el diario decidió levantar el artículo ya que consideraron excesivo el reclamo de la editora de género y que podía ser interpretado como una intromisión en la decisiones editoriales de otro medio. El error de base quizás fue no profundizar dicha discusión, interesante sobre los alcances de la libertad de expresión, antes de su publicación.

El periodismo navega con la insignia madre de la “libertad de expresión “, que inevitablemente se articula con la linea editorial de un medio. Los editores, no importa su especie, tienen varios roles a cumplir, como corregir construcciones gramaticales, espacios del articulo pero también criterios de estilo y de contenido. Suelen, sobre esto ‘ultimo, no retocar demasiado, mas si el periodista ya cuenta con cierta trayectoria.

Canosa fus despreciativa con el colectivo de mujeres que marcharon el 8M y focalizó los ataques sobre Iglesias, quien se limitó a reproducir su artículo por las redes sociales.

Los editores en los diarios fueron perdiendo terreno por varios factores como la desjerarquización salarial, implosión de las redes sobre el papel y a la vez el teletrabajo que predominó en el encierro de estos dos últimos años. En el diario en cuestión retornó la presencialidad hace muy poco.

La Comisión gremial interna se solidarizó con Iglesias, quien en su columna planteó cuestiones tales como: “El canal tiene en su prime time a Viviana Canosa, una conductora que desinforma, discrimina, insulta, prejuzga, insta al odio”.  Además , recordó cuando la conductora de A24 propuso que la gente tomara dióxido de cloro para combatir el Covid, en un claro despropósito del rol de comunicador ante la información de servicio en plena pandemia.

Canosa fue despreciativa con el colectivo de mujeres que marcharon el 8M y focalizó los ataques sobre Iglesias, quien se limitó a reproducir su artículo por las redes sociales.

Canosa mandó a bañar a las militantes feministas en una cargada editorial repleta de adjetivaciones y descalificaciones. Les puso el mote de “roñosas y vagas”.

El nuevo cargo de editoras de género está resultando incómodo en muchos medios. Está claro el deber ser pero no así el alcance y los objetivos del mismo. Resulta que muchos periodistas se quejan de esa figura como una especie de censura previa, dependiendo del razocinio de quién lo ejerza.  Parecido resultado ha tenido hasta aquí la función de Miriam Lewin desde un organismo del estado: sancionó económicamente a programas y canales sin que cambiara nada.