Fútbol, cuando la experiencia sirve más que la fuerza 

El mundo del fútbol es mucho más complicado y prolijo de lo que se cree. No es solo un juego sino un entramado de pasión, afán, empeño y dedicación, en el que lo físico y lo mental van de la mano para poder alcanzar los mejores resultados.

El fútbol es el deporte más popular del mundo, pero se hace difícil destacarse, tanto por la competencia como por el desgaste físico que implica. Y en este contexto, la experiencia es un factor clave. Con el paso de los años, los jugadores suelen mejorar, poniendo al servicio de su cuerpo una mejor visión del juego y una interpretación más adecuada de la jugada. Hay muchos ejemplos de futbolistas que han demostrado sus mejor rendimiento con el paso de los años.

Como un buen vino, que mejora envejeciendo, existen varios futbolistas que siguen rindiendo a alto nivel pese al pasar de la edad. El arquero Willy Caballero, de hecho, es uno de los que llegó a lo más alto después de haber pasado los treinta años, como demuestran sus actuaciones en los últimos años con Manchester City, donde llegó por pedido de Pep Guardiola. Sin embargo, en la Liga Española están los mejores ejemplos de veteranos exitosos, como lo demuestra un estudio realizado por Bwin sobre la importancia de la experiencia en el fútbol.

El delantero del Athletic Club de Bilbao Aritz Aduriz es uno de los referentes del equipo vasco y con 37 años sigue siendo el 9 de los rojiblancos. Sus mejores registros, de hecho, han sido desde el año 2013 hasta el año 2017. Con goles importantes le dio al club de Vizcaya una serie, entre los cuales se destaca la Supercopa de España en el verano de 2015. Más viejo que él es el centrocampista del Huesca Juanjo Camacho, que resulta ser el jugador más viejo de la Primera División española por delante de Aduriz y de Borja Fernández del Valladolid.

Quien también tiene 37 años, pero en algunas cosas sigue pareciendo un joven, es Joaquín Sánchez, wing del Real Betis que todavía asombra por sus jugadas. Su carácter de líder alegre y pasional lo eleva a un grado superior y tras su vuelta al equipo de su infancia ha realizado una serie de jugadas para enmarcar, gracias también al juego atrevido del técnico Quique Setién.

Entre estos viejos terribles del fútbol moderno están otros dos porteros: Gorka Iraizoz del Girona y Diego López del Espanyol. El primero, con 37 años, sigue rindiendo a un buen nivel, mientras que el segundo, de 36 años, está viviendo una segunda juventud en el club catalán.

Todos estos futbolistas demuestran que, finalmente, en este juego la experiencia y la dedicación terminan siendo más decisivas que el talento.