Kreckler, el diplomático de la Harley y de los gustos caros, otra vez premiado por el Gobierno

Irá como cónsul en San Pablo luego de su ruidosa salida de la embajada en China. Quién lo impulsó.

Luis María Kreckler había sido noticia a fines del año pasado cuando la Cancillería decidió relevarlo de la embajada en China en medio de una ruidosa movida que incluyó la filtración de unas vacaciones en una isla paradisiaca en plena negociación por las vacunas. No fue el único dato que se filtró en ese entonces. Kreckler había querido alquilar unas oficinas en un edificio lujoso de Beijing, pese a la negativa de la Cancillería. Al final, se tuvo que quedar con las ganas.

Lo que sí había logrado en ese entonces era mudar su motocicleta Harley, valuada en más de 50 mil dólares, desde Europa hasta China.

Los excesos de Kreckler no son nuevos. Cuando era embajador en Brasil se negó a a vivir en la embajada argentina y se alquiló una lujosa mansión en un barrio de celebrities. Era la época que solía aparecer en la revista Caras de Brasil.

Hace una semana, el nombre de Kreckler volvió a aparecer en los diarios por una extraña denuncia de extorsión por parte de un funcionario. El ex embajador apareció mencionado en ese escándalo porque habría sido uno de los posibles afectados.

La salida de China fue ruidosa y todo hacía pensar que estaba a un paso de la jubilación pero el Gobierno le dio un nuevo destino: será cónsul en San Pablo. La noticia sorprendió porque es sabido que Kreckler no tiene una buena relación con Felipe Solá. Sin embargo, Kreckler tuvo el aval politico del Pichichi, actual embajador en Brasil.