La difícil decisión de Santilli

Debe decidir si va como compañero de fórmula de Larreta otra vez. En ese caso, posterga sus sueños de sucederlo.

Son días decisivos para el vice jefe porteño y actual ministro de Seguridad de la Ciudad. Diego Santilli tuvo una sincera charla con Larreta, quien le dijo que lo quiere de vuelta en la fórmula por la reelección. A la vez, le dio todas las libertades para que eligiera su mejor opción.

El intríngulis político es de difícil resolución y dentro del gabinete porteño reconocen que es difícil estar en los zapatos del Colorado. Si dice que sí, su futuro será seguir sujeto al futuro político de Larreta, resignado su perfil personal. Sus posibles dos mandatos como vicejefe lo inhabilitan en el 2023 para ser el sucesor a la jefatura máxima de la ciudad. Por otra parte, navegaría sobra aguas supuestamente tranquilas ya que el actual jefe porteño es un presidenciable para esa futura etapa, y el podría ocupar un rol importante en dicho escenario futurista.

Cortarse solo tiene sus riesgos, pero es siempre un atractivo extra para quien tiene ambiciones políticas genuinas. Como ministro de seguridad, comenzó incómodo y ahora se fue habituando a un ministerio que puede ser siempre “una silla eléctrica”. La crisis del operativo River- Boca le costó el cargo a su antecesor, Martín Ocampo.

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Santilli está acostumbrado a lidiar con las fuerzas policiales y tiene un espalda, en principio más ancha que la que tuvo Ocampo, a quien nunca le resultó cómodo los modos y formas de los uniformados.

Es probable que si decide no permanecer en la fórmula, deberá permanecer en la transición con alguna candidatura como la senaduría por Capital.

La campaña lo puede tener como protagonista mientras la agenda de seguridad siga siendo prioridad del oficialismo, pero una vez dentro del Congreso muchas figuras se licuan en el andamiaje del sistema.

Larreta lo espera con paciencia. Todavía hay tiempo para la decisión final. Aunque al tiempo político lo devora la ansiedad y las urgencias del momento.