La hermana de Frederic es uno de los 115 empleados de la Defensoría del Público

El organismo que dirige Miriam Lewin, tiene como una integrante a la hermana de la ministra de Seguridad. Quien es.

Los que no las conocen pueden pensar que son gemelas al verlas, pero a diferencia de su hermana (la ministra), a ella le gusta cultivar el perfil bajo. Recién ahora que se sabe que trabajaba en el Estado, pero llegó mucho antes.

Se trata de Silvana Frederic, hermana de la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, quien no duda en levantar el perfil cada vez que se siente desautorizada por Sergio Berni.

Silvana, la menos conocida de las Frederic, entró en 2015 en la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, organismo que desde junio encabeza Miriam Lewin.

La hermana de la ministra se recibió de abogada en la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero luego se especializó en Derecho Público y en Derecho a la Información y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en Educación, Imágenes y Medios.

Silvana fue docente en ETER, coordinadora de contenidos en LEAR, coordinadora general de áreas de capacitación en ETER y finalmente saltó a la Defensoría del Público en 2015, mucho antes de que Sabina soñara ser ministra de Seguridad de la Nación.

La menos conocida de las Frederic es una de las 115 empleadas con las que cuenta la Defensoría del Público para monitorear a los medios y realizar informes sobre los discursos que por allí se producen, circulan y retroalimentan a la sociedad.

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Entre los empleados haya un núcleo duro de cuadros pertenecientes al armado de Gabriel Mariotto que quedaron de la malograda Ley de Medios. Es el caso de Ernesto Lamas (Fundador de FM La Tribu) y Claudio Vívori.

Tras la polémica frase de Baby, cuando dijo que “Cristina Kirchner es un cáncer para el país”, el organismo consideró que Etchecopar lanzó expresiones que “contienen violencia simbólica y mediática en relación con el ejercicio de derechos políticos de las mujeres”.

La periodista directamente pidió no hacer caso a “los discursos del odio” de Baby Etchecopar. “No estamos tratando de silenciar a alguien que piensa distinto sino evitar este tipo de discursos, que sean considerados anacrónicos, que se note que atrasan”, lanzó.

Lewin se pasó de la raya y el periodista le dedicó su editorial completo.