La ola amarilla de Cambiemos vs la orilla de un peronismo golpeado

El gobierno obtuvo una clara hegemonía en el país. Su proyecto fue convalidado. El peronismo amenazado por el destino de terminar fuera del mapa.

Cambiemos ya es una fuerza con respaldo popular. La oleada amarilla sacudió a un peronismo que se va acostumbrando a perder, y lo que es peor: no tiene un líder claro para salir de la crisis,

Como dijo Mario Negri, el futuro Congreso no será una escribanía. Quedó a 21 bancas de obtener la mayoría, es decir que se le descomplejizan las alianzas muchas veces costosas para el oficialismo.

Sergio Massa desaparece como el gran articulador, y entres los pocos gobernadores peronistas ganadores del domingo y Picchetto, estarán los fuegos amigos.

Cambiemos ganó en 13 provincias y el peronismo en 8, en algunas de forma muy ajustada. El llamado peronismo del Siglo XXI recibió un baldazo de agua fría al perder el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey. Quien si ganó fue el sanjuanino, Sergio Uñac.

Salvó la ropa en el milagro puntano, Adolfo Rodriguez Saa. Parecía imposible luego del revés en las Paso.

En este momento, ninguno de los peronistas articula un liderazgo claro a futuro. Cristina, perdedora, sin embargo se les plantó y disparó que sigue siendo la peronista más votada en el país. Consuelo desde la resistencia personal. Lejos de ser la dirigente vigorosa e imbatible en las urnas, ahora defiende sus fueros. Ya es senadora.

Al peronismo lo corroe la fiebre de su histórico compañero de bipartidismo. A los radicales hace rato que solo los consuela ser acople de un armado que no lideran. Unidad Ciudadana intenta ser esa salida por izquierda.

Carrió, una ganadora explosiva en la Ciudad, logró que su prédica de fin de época se consolidara en las urnas a nivel nacional. Ahora, Lilita , Macri y Vidal, deberán acostumbrarse a que el futuro lo lideran sin excusas.