La secretaria de Báez, nexo con una financiera sospechada

“No tengo nada que ver con Invernes”, remarcó antes y después del escándalo, Lázaro Báez. Pero sus vínculos con Ernesto Clarens, dueño de esa financiera, son inocultables. Desde ahí, el empresario patagónico tomó el control la constructora Gotti cuando estaba al borde de la quiebra. Hay un personaje, desconocido hasta ahora, que puede dar cuenta sobre esos lazos. Se trata de Nora Torrente (58), la secretaria de extrema confianza de Báez. Un empleado de Austral le confirmó a Clarín que la mujer también fue la secretaria privada del misterioso financista. Invernes, conocida en la Patagonia como “Inversiones Néstor”, por el ex presidente Néstor Kirchner, funcionó en la misma dirección de la sede de Austral, Pasaje Carabelas 241. Se sospecha que es la empresa que manejaba el dinero del kirchnerismo. El nexo con Austral fue Fernando Butti (36), quien en ese momento era uno de los contadores de Báez. “Fernando la lleva a Nora como secretaria a Austral para controlar a Julio Mendoza (presidente de la compañía). Cuando Butti cae en desgracia con Lázaro, ella se queda ahí como espía de lujo ”, reveló una fuente que conoce muy bien a la secretaria. Butti estaba casado con Andrea Cantín, sobrina de Báez, la hija del actual intendente de Río Gallegos y ex apoderada de Invernes. El contador tuvo que dejar la empresa en 2008 por la causa radicada en Liechtenstein que terminó con un bloqueo de U$S 10 millones sobre las cuentas de Austral. Hoy reside en Río Gallegos, y maneja pequeños supermercados. Su ex cuñado, Fernando Cantín, manejaba la oficina de Austral en Buenos Aires hasta este verano. Se fue a vivir al Sur. Su oficina, en el 5º piso de Pasaje Carabelas, quedó para Nora Torrente. El lugar, llamativamente, hasta ahora no fue allanado por el juez Sebastián Casanello. En el 4º piso están las oficinas de Báez, su hijo Martín y Julio Mendoza. ¿Cuál es su rol de la secretaria?. “Lleva las agendas de Báez, filtra los llamados y se encarga de mandar ‘sobres con honorarios’”, dijo un empleado de Austral. Dentro de la empresa la acusan de haber incrementado su nivel de vida. Y de haber realizado viajes al exterior que no condicen con su sueldo de $ 8.400. Pero según los registros oficiales, Torrente tiene apenas un auto modelo 2004. “Es una simple secretaria que viaja en colectivo”, minimizó un allegado a Báez. Dentro de Austral insisten que su rol es clave y que podría aportar datos a la investigación judicial: “Se encarga del pago a proveedores y manejaba la caja chica sin recibos”. Lo llamativo es que, según los registros de la ANSeS, desde 2004 hasta hoy Torrente forma parte del plantel de Epelco SA, otra de las firmas de Báez con sede en Pasaje Carabelas. Esa empresa le compró a Néstor Kirchner la casa de Río Gallegos ubicada en 25 de Mayo y Maipú, donde la semana pasada se vio a empleados sacar bolsas, según reveló Jorge Lanata. “Norita”, como la conocen sus compañeros, puede aportar datos de Báez, pero también de Ernesto Clarens, que se maneja en una Land Rover Range 2008. Sus jefes son dos protegidos por la Unidad de Información Financiera. En la fiscalía de lavado de dinero no hay ningún reporte de operación sospechosa (ROS) de Invernes, aunque hubo denuncias de bancos. Y solo se filtró un ROS del patagónico por US$ 9,5 millones.