La trama secreta del vínculo entre el “espía” Bogado y Khalil

Las comunicaciones telefónicas arrancaron en 2010, cuando el memorándum con Irán no estaba en la cabeza de nadie. Jorge Khalil necesitaba “un amigo” en la Secretaría de Inteligencia. ¿Motivo? “La comunidad islámica estaba siendo hostigada por policías y gendarmes. No los dejaban trabajar, les pedían plata para todo y las cifras cada vez eran más altas”, explicó ayer una fuente que conoce la relación con Ramón Allan Bogado, quien aparece en la acusación del fiscal Alberto Nisman como agente de la SI. Anoche el Gobierno lo desconoció. Pero la respuesta sería parte de una maniobra para intentar calmar el escándalo. Los detalles de la trama

Para frenar el “hostigamiento”, Khalil se refugió en el mundo de los espías. Como referente de la comunidad islámica, no reclamaba sólo en nombre propio.
En poco tiempo, Bogado ganó su confianza: se comunicaban todo el tiempo por teléfono, a través de varios números, y se veían muy seguido, un trabajo de “manual” para cualquier espía.

Khalil hablaba casi siempre de los temas religiosos. El supuesto agente escuchaba hasta el aburrimiento. Muy pocas veces hacía comentarios políticos, y la mayoría eran muy elogiosos del Gobierno.

Según la acusación del fiscal, en medio de las negociaciones Bogado le prometió a Khalil cargos en la Aduana y en el Ministerio de Interior. “Pedía favores personales, pero nunca se concretaban”, dijo ayer una fuente de la SI.

En su rol de nexo con la embajada iraní, Khalil también se comunicaba con Luis D´Elía, con quien se habría distanciado en los últimos tiempos.

Nisman asegura en su dictamen que el dirigente kirchnerista -en silencio desde que fue acusado- le garantizó a Khalil “contacto directo” con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, “para resolver problemas impositivos” personales. ¿Cuáles eran sus negocios?

Khalil creó en 2010 una sociedad anónima para ingresar al mercado de la carne con Alberto Amado Edgardo Khalil, Carlos Diab y Marcela Susana Bruzzese. En el entorno de Khalil aseguran que el negocio quedó trunco. La versión no fue desmentida en la SI.

A Khalil, el fiscal Nisman lo acusa de ser el nexo con Irán. En la comunidad islámica admiten que tenía contactos con la embajada local, aunque rechazan que el dirigente (de nacionalidad argentina) es parte de una maniobra de encubrimiento. Además de las escuchas, en la causa habría fotos de Khalil en la puerta de la embajada junto a un hombre que frecuenta la Casa Rosada.

El supuesto agente involucrado en las escuchas es oriundo de Misiones y escaló posiciones en la SI durante el menemismo, bajo la sombra de Hugo Anzorreguy. Pero su gran oportunidad se dio con la salida de Jaime Stiuso, quien se habría cobrado venganza y estaría regresando al país.

“Yo hablaba con Khalil y lo comunicaba a mis superiores vía Nextel”, dijo el agente cuando trascendió su nombre.

La última conversación que mantuvo con Khalil fue hace pocos días. “Te quiere ver el embajador”, escuchó el agente. No aceptó la propuesta. “Nunca lo vi al embajador ni a Rabbani (ex agregado cultural de Irán en la Argentina)”, contó en las últimas horas.

Bogado reconoce charlas con ex juez Héctor Yrimia (con fuertes vínculos dentro del Poder Judicial) y con Fernando Esteche. También admite haber hablado con la presidenta Cristina Kirchner, aunque en este caso siempre en persona. Al canciller Héctor Timerman, a D´Elía y a Andrés Larroque no los conoce, al menos eso dice.
Entrevistado por el canal TN, Nisman acusó hace una semana a Bogado de filtrar datos de su vida privada, algunos desconocidos por él mismo. También dijo que negoció con Khalil las alertas rojas y lo acusó de ser parte del “plan criminal” para encubrir a los acusados por la tragedia de la AMIA.

Bogado promete declarar pronto ante el juez Lijo. Y asegura que tiene miedo por su vida. “Ya nos pasó con El Lauchón”, dice por estas horas de tanta confusión.