Lacunza intenta retomar el control con apertura al Congreso

El ministro de Hacienda centraliza la nueva comunicación del gobierno. Seriedad y cintura política. ¿Alcanzará para calmar a los Mercados?

Recuperar el control político es la misión gubernamental para lograr que por primera vez un presidente no peronista logre entregar el mando, como marcan los tiempos institucionales.

Hernán Lacunza está orientado en esa coordenada, anteponiendo a los que en el gobierno se montan en el “si se puede” antes de evitar la hecatombe que produjo las PASO.

En la conferencia de prensa, se lo vio sobrio, seguro y con talante de político. Su conocimiento del sistema financiero, aparte de su anterior experiencia en el Central, le da la talla para las difíciles circunstancias.

Lo más importante del ex ministro de Vidal fue la apertura a la discusión, sobre como reperfilar el acuerdo con el Fondo, al Congreso de la Nación, que venía durmiendo ante los acontecimientos.

Si hay un acuerdo parlamentario se podrá restablecer la transición ordenada con Alberto.

En Olivos se abrió la mesa política a los senadores de Cambiemos. Pinedo fue luego a bancar los anuncios de Lacunza. Ángel Rozas y Caserio (Alberto) deberán articular puentes. Pichetto quedó en la barricada.

El Ejecutivo debe despejar el fantasma del adelantamiento electoral. Como viene la mano, en el sector financiero es tomado como un mal menor ante los fantasmas del 2001 o la crisis que vivió el alfonsinismo en el 89.

En lo económico la dudas serán si los Mercados le creen a esta última oportunidad o interpretan que el reperfilamiento es un futuro default.

La pregunta es si el Lacunza sensato y componedor puede despejar los nubarrones en los que se enrieda el propio presidente con su pésima relación personal ante el ganador del Frente de Todos.

Las espadas parlamentarias, adormecidas por los sones de campaña, intentarán aunar criterios rápidamente, ya que esas señales despejarán el desembolso próximo del FMI.

La salida al escenario político de Lacunza fue monitoreada por los agentes del FMI que darán su visión a la brevedad para acotar la incertidumbre.

La diferencia entre Lacunza y Dujovne es pronunciada. El nuevo ministro puede reflotar cierta confianza que el anterior ya había derrochado.

Si el Congreso hace un acuerdo de renegociación, el plan de racionalidad económica y esfuerzo para los argentinos, tendrá otra envoltura de legitimidad que servirá al próximo gobierno.