Las buenas y las malas de los primeros 30 días de Alberto

Su perfil político va econtrando una identidad. Se asoma un acuerdo con el Fondo. La agenda internacional lo condiciona y la inflación no cede.

Pasó muy poco tiempo para sacar conclusiones de un rumbo. Demasiado vértigo para solo 30 días. Alberto va despejando la hipótesis de que iba a ser un simple gestor de las órdenes de Cristina. Su impronta de acción de gobierno es de un presidente con autoridad. Inclusive a precio de parecer discrecional en sus instrumentos.

No hay una medida, por ahora, ni un relato que se imponga como un nuevo sello de época. Para el naciente kirchnerismo de los 2000 fue dar vuelta la vieja Corte Menemista.

Alberto parece ir a pasos calculados y moderados con una nececidad imperiosa de ir normalizando la economía. El primer mandatario ansía que la buena onda generada, con la nueva misión del Fondo, rinda sus frutos y se estiren al máximo los plazos de vencimientos de la deuda externa.

Su convicción de hacer política, con todos los sectores, se vive con el frenesí de reuniones permanentes en la Rosada. Gobernadores, intendentes y pensadores pasan la ronda de consultas y se llevan una impresión que enfrente les habla un hombre de estado.

El gabinete de arranque es contenedor y tiene nombres de fuste, seriedad, y otros que son promesas. Las segundas y terceras líneas de los ministerios tiene claves a descifrar.

Alberto logró sacar, en tiempo récord, el paquete de ajuste impositivo que afectará los bolsillos de sectores medios, bajo la pátina de la solidaridad social. Contraste notorio con lo que le cuesta hacer pie, en la provincia, al “soviético” Kicillof.

La implementación del llamado dólar solidario tuvo desprolijidades e idas y vueltas, Aún es impreciso cuanto vaya a calar en el mal humor de los sectores medios. Parecido momento se vivencia en las góndolas con el relanzamiento de Precios Cuidados. A la vez se ignoró la agenda de salud en la financiación de los productos de necesidad y masividad.

Al campo le aplicó el ajuste primero y luego llamó al diálogo a las entidades de la Mesa de Enlace. Sus socios debaten hasta donde llevar la escalada de la confrontación al oponerse a pagar mayores retenciones. Si Cristina calla, el presidente tendría posibilidades de morigerar esa Grieta resucitada.

El aumento a los sueldos privados y estatales, junto con apuntalar las jubilaciones mínimas, son paliativos necesarios ante la medicina aplicada. Seguirán en pugna dos miradas. ¿Fue demasiado ajuste para un gobierno peronista o tadavía no tomó medidas estructurales de fondo?

El aumento a los sueldos privados y estatales, junto con apuntalar las jubilaciones mínimas, son paliativos necesarios ante la médicina aplicada. Seguirán en pugna dos miradas. ¿Fue demasiado ajuste para un gobierno peronista o tadavía no tomó medidas estructurales de fondo?

Magros han sido, hasta aquí, los gestos de austeridad de la política. Algunos reacomodamientos individuales, dietas que se dicen quedarán congeladas por un tiempo y un estilo de “ciudadano común” en las apariciones de Alberto. Muy poco para el esfuerzo que se le pide a los argentinos.

El relato de Fernández es terminar con la Grieta e ir por la búsqueda de temas de unión nacional. Deseos abstractos que navegan en medio de enojos y tensión política permanente.

¿Ayuda acaso relanzar el debate del aborto, ahora con el norte de su legalización lisa y llana?

La agenda internacional tien otra ves el formato latinoamericanista, con el “regalito” de tener de refugiado político a Evo Morales. Venezuela sigue siendo el dilema a resolver. Ni yankis ni chavistas pareciera ser el slogan que impone el tándem gobernante, al canciller Felipe Solá, que esta sentado en un silla eléctrica.

La geopolítica de las primeras ligas está fuera del alcance del flamante prisma del Frente de Todos. El choque misilístico de Estados Unidos -Irán es impredecible en sus rebotes en un país como el nuestro, tan lejos y tan necesitado de que lo miren y ayuden.

Tierra arrasada fue la metáfora utilitaria para seguir ganado tiempo ante la herencia y las urgencias. El planteo es evitar hablar de semestres o milagros y bajar mes a mes la inflación. En los primeros 30, el paciente con pronóstico reservado.