Liberté, égalité, fraternité: dónde ubicar hoy las utopías arrugadas en el bolsillo

Un nuevo aniversario de la Revolución francesa interpela el tiempo de lo distópico. El cuento de la democracia necesita un urgente refresh.

El 230 aniversario de la Revolución Francesa interpela a la utopías arrugadas en los bolsillos de aquellos que soñaron y de actuales jóvenes que se preguntan qué es el futuro. El presidente de Francia Emanuelle Macrón convocó a figuras políticas de Europa como la alemana Angela Merkel y el Secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, para reforzar la idea de un mundo en peligro por la guerra de Rusia y Ucrania.

La nueva Guerra es el epicentro de la geopolítica mundial , el más elocuente , pero no el único que advierte, al igual que aquellos los revolucionario franceses de 1789, que hay un régimen Anciano que cruje , sin que en este caso haya iluminados indicando el camino.

Liberté, Égalité, Fraternité fue la tríada de valores que sustentaron las democracias liberales tal como las seguimos conociendo. La igualdad es el valor que está más en tensión ,en estos tiempos, donde por ejemplo en Sri Lanka, miles de indignados- tras echar a su presidente- impiden ahora la asunción de las nuevas autoridades. Protestan hasta ocupando la cama matrimonial del Palacio.

Una cama quizás represente mejor, como metáfora de la revancha de los que nada tienen, la idea de una desesperanza perpetua. Se calcula que el común de los mortales pasamos un tercio de nuestras vidas entre sábanas. En la historia las hubo y las hay de todo linaje. Están las camas aterciopeladas, que acompañan el descanso del sueño placentero como las de la otra punta: colchones humedecidos sosteniendo cuerpos vencidos sobre una vereda con vista al infierno.

La clave en la salud de un relato es que trasvase entre las nuevas generaciones y se inyecte de futuro. La era digital simplificó nuestras vidas, a tal punto, que nos infiere que otros ( ¿quiénes son?) ejerciten el pensar por nosotros.

Más de la mitad de los jóvenes argentinos no se sienten identificados con los partidos políticos, 6 de cada 10 quisiera tener representación etaria en el Congreso nacional y que los temas de su interés sean debatidos en el ámbito parlamentario, señaló una encuesta de comienzo de año, realizada por Unicef y Cippec.

Instagramear, tuitear desde la empatía artificiosa, son parte del nuevo credo dirigencial, sin importar escalafones y responsabilidades. Parece que desear la paz mundial o que se terminen los pobres, son acciones que con un clik se podría solucionar mágicamente.

De la revolución violenta, repudiable en tiempos de democracias liberales, se ha pasado a resignar todo tipo de utopías transformadoras. La indignación es el símbolo de estos tiempos. Sabemos lo que no queremos pero en el horizonte no emergen ideas claras sobre a dónde va el cambio posible.

Horacio Caride