Bin Salmán: el personaje más polémico del G20

Se trata del Príncipe de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman. Es señalado como el responsable del asesinato de un periodista disidente.

La embajada de Arabia Saudita será desde hoy una de la áreas blindadas por los anillos de seguridad al hospedar al polémico príncipe heredero, Mohamed Bin Salmán.

El monarca está acusado de ser el cerebro del asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi, quien nunca salió vivo de la embajada de su país en Turquía, cuando tramitaba un documento que demostraba que estaba divorciado y, así, poder contraer matrimonio en Turquía.

La policía turca primero y la CIA después concluyeron que Khashoggi fue descuartizado y trasladado fuera de Turquía en bolsas mediante valijas diplomáticas.

Para despistar a los investigadores, otro hombre de aspecto similar al periodista y vestido con sus mismas ropas, se dejó grabar por las cámaras de seguridad abandonando el edificio.

El reino wahabí efectivamente admitió la muerte de Khashoggi dentro del consulado, aunque según su versión, en el marco de una pelea que “se fue de las manos”.

A la incógnita sobre el paradero de los restos mortales del periodista, la petro-monarquía responde que el cuerpo fue puesto en manos de un “colaborador local” no identificado y que se haya en paradero desconocido.

La mayoría de las potencias reaccionaron con “indignación”, pero casi ninguna tomó represalias concretas.

Alemania anunció el cese de la venta de armas a Arabia Saudita y pidió lo mismo al resto de países europeos.

El conflicto de Khashoggi, con el poder de su país natal, comenzó realmente en 2016, cuando el Reino prohibió sus publicaciones y apariciones en medios por criticar a Donald Trump, presidente de Estados Unidos que se ha venido caracterizando por su cordialidad con Arabia Saudí.

Desde entonces, Khashoggi se mudó a Estados Unidos, donde comenzó a trabajar para el Washington Post.

Human Rights Watch formalizó una denuncia en el juzgado de Ariel Lijo contra el príncipe heredero por “violación de derechos humanos, torturas y asesinatos en Yemen” y donde también incluyó el asesinato del periodista en la Embajada de Arabia Saudita en Turquía.

Una de las últimas fotos de Mohamed bin Salman fue posando, el fin de semana pasado, con el ex Rey de España, lo que generó una fuerte polémica en ese país, en medio de la fórmula 1.

En la cumbre, a punto de comenzar en Buenos Aires, la figura del representante Saudí será seguida con obsesión en la cobertura periodística. Macri y otros mandatarios se cuidarán de aparecer en la selfie.