Los abrazos rotos de Alberto

Alberto tuvo una abrazo eterno con Lula, un días después del ajustado triunfo del líder del PT frente a Bolsonaro. En el instante que terminaba de despegarse de un efusivo presidente de la nación, Lula recibía con preocupación informes de inteligencia sobre acciones de rebeldía de una porción del electorado bolsonarista que se resiste a aceptar la derrota. Bolsonaro todavía no había hablado. Terminó, tibiamente, aceptando el nuevo escenario.

El presidente argentino buscó en el abrazo a Lula una bocanada de oxígeno. El FdT pugnó durante todas las horas posteriores a colgarse una medalla de cercanía con Lula. Wado de Pedro sacó platea preferencial.