Los balcones del aplauso y el infierno acompañan la peregrinación de Alberto

En el segundo acto en los balcones de los confinados resurgieron las cacerolas. Un duro mensaje para un presidente que creía tenerlo todo controlado.

La última vez que un presidente utilizó un balcón fue Mauricio Macri: casi en su despedida, una porción grande de argentinos le dio un espaldarazo para tratar de impedir el regreso del kichnerismo. No pudo ser. Esa foto multitudinaria tuvo su reactivación con agitados caerolazos que se escucharon en barrrios de clase media como Palermo y Belgrano pero también en la provincia de Córdoba, que sigue siendo ferviente anti kirchnerista.

¿Cómo se iba a imaginar el rey arropado por aplausos que otros ruidos se impondrían en el camino?

A la peregrinación del coronavirus de Alberto le resta cumplir una etapa importante que será llegar al 13 de abril con la sociedad adentro de casa, tranquila y lo menos agrietada posible. Para ese entonces, el Ejecutivo tendrá números reales de la dimensión del avance de la epidemia y cómo podría afectar el sistema de salud.

El balcón de los integrantes clase media enjaulados ya denota cansansio y una honda preocupación por lo económico. Tan cerca del purgatorio como del infierno.

El ejemplo uruguayo que bajó sueldos de funcionarios en plena lucha contra la pandemia no prendió en los tres poderes de la nación. Cada uno mira de reojo.

La Corte Suprema se dedicó a dejar circular una desmentida que había salido en las redes como una fake news. “De ninguna manera es cierto que hayamos recortado 20 % los salarios de los juecespor las cacerolas”, señaló un vocero de un cortesano.

La Corte Suprema se dedicó a dejar circular una desmentida que había salido en las redes como una fake news.

Mientras el Congreso, que viene esquivando ajustes que le reclama la ciudadanía en su estructura de decenas de asesores y empleados legislativos, intentará calmar a las fieras con proyectos como el de Sergio Massa de un recorte severo del 40% de las dietas .

El peronismo fue apurado de atrás por Juntos por el Cambio que alzó la propuesta de “hacer un esfuerzo conjunto de los poderes y que sea anunciado por el presidente de la Nación”.

A fin del año pasado, cuando ya comenzaban a surgir reclamos de ajuste de la política por el mega endeudamiento con el FMI, las bancadas salieron, con bombos y platilos, a anunciar el congelamiento de dietas. No alcanzó.

Alberto tuvo hasta ahora una salida al balcón para saludar a la manifestación el día de su asunción, una cadena nacional para informar medidas de cuarentena y muchos videos empáticos con la gente. Falta saber si hace caso a las cacerolas o cree que la situación la tiene “dominada”.