Los colimbas se “divierten”

En un signo más de la confusión general, los políticos se han “divertido” en un debate viejo y proclive a los mal entendidos: ¿Debe volver el Servicio Militar Obligatorio?. Por supuesto que el Kirchnerismo se diferenció de peronistas alineados a Scioli y se rasgaron vestiduras “progresistas” para atacar la iniciativa relanzada por intendentes como Mario Ishi y el Ministro de Seguridad Alejandro Granados. El mandamás de seguridad, en el territorio sangriento de la provincia, dio una vuelta de tuerca de mano dura y habló de la intervención de las Fuerzas Armadas en casos especiales de seguridad interna, cosa que prohíbe la ley de la democracia. Síntesis: otro debate efímero solo para la tribuna.Cabe recordar quedesde hace cinco años ya viene instalando el tema, hasta conseguir media sanción del Senado, Julio Cleto Cobos, con lo que llamó Servicio Civil Comunitario. Con distinto nombre, siempre se trata de ver cómo incluir en el sistema a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. El proyecto del mendocino no pasó a Diputados y perdió estado parlamentario. Los políticos reaccionan por las encuestas que indican, sobre todo en el interior, que no verían con malos ojos reinstalar algo parecido al Servicio Militar. A propósito, el consultor Carlos Fara reveló: “Hace un año atrás, un 49% de los encuestados nos decían que preferirían que vuelva el servicio militar. Este fue el porcentaje más alto de los últimos 10 años”. Paradojas de la historia, el Servicio Militar obligatorio terminó en la década del 9o con el caso Carrasco, un símbolo del abuso de poder sobre los colimbas, que le confirmó a la clase media que no quería mandar a los cuarteles a sus hijos para que de mínima perdiera un año de su vida. Ahora algunos plantean que la contención social puede estar en los cuarteles. También cabe repensar qué se hace desde Estado con los pibes que aún no cumplieron 18 años.