Los cortesanos que no fueron a la Rosada prometen celeridad en causas que harán ruido

Cuatro integrantes del Alto Tribunal decidieron generar un vacío en la presentación de la polémica reforma judicial. Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti ahora son un bloque compacto en contra de la reforma, básicamente porque creen tiene como principal objetivo la ampliación de los integrantes del Alto Tribunal.

“El partido recién se está jugando”, manifestó a este medio uno de los cortesanos. La ausencia de los cuatro en la Rosada fue deliberada. A la hora de explicar la aparición de Elena Higthon de Nolasco en el acto oficial, consideraron que fue un gesto “desesperado” de la única mujer de la Corte que al cumplir 75 años necesita apoyo para continuar.

La Corte que levantó la feria podría reactivar causas que venían a fuego lento y tiene como efecto político a ex funcionarios k. Se habla de una pronta definición del caso Boudou, entre otros. El ex ministro de Economía está con domiciliaria por el caso Ciccone.

A la vez, los Tribunales Contenciosos Administrativos están quemando de expedientes por pedidos de quiebras. La política no resolvió todavía una malla protectora.

Fueron los mismos virtuosos integrantes de la justicia, los que se encargaron de recordar a analistas sobre los archivos , tanto de Cristina como Alberto, cuando pensaban que era ridículo modificar los 5 miembros de la Corte.

El partido en curso, como lo definen, tiene dos planos. En el Congreso, el proyecto se enviará primero al Senado. Al oficialismo no le sobra nada en cuanto votos y el quite de colaboración de la oposición podría generar un fuerte desgaste.

Alberto trató de calmar las aguas turbulentas que lo asocian a la búsqueda de impunidad de la actual vice, y aseguró en su discurso que los magistrados que tiene las causas principales de corrupción seguirán en sus puestos.

De los 11 consejeros de la reforma solo dos son Constitucionalistas: Andrés Gil Dominguez y Gustavo Ferreyra. “Quieren hacer una operación a corazón abierto y hay solo dos especialistas”, argumentan las voces disidentes.

En 90 días de trabajo es posible que los “notables” juristas sufran un desgaste similar al que acumularon infectólogos en sus partes compartidos con el presidente.

El otro ruido es los fondos presupuestarios para las transformaciones de la justicia y la cantidad de empleados. Se preguntan: “¿El Estado se seguirá agigantando en tiempo de vacas flacas?”.