Macri enclaustrado en el Día de la Bandera

Suspendió su presencia en el acto de Rosario. Se dijo que se trata de evitar disturbios ante informes de inteligencia.

¿No es hacerle el juego a los supuestos violentos? Las explicaciones del gobierno, para suspender a último momento la presencia de Macri en Rosario, no cierran. Si hay “preocupantes” informes de inteligencia al respecto de la seguridad del desplazamiento del primer mandatario, por qué no se detallan a cara de la sociedad.

¿Suspendería Trump a Macron una acto patrio por supuestas amenazas o instrumentarían un gran operativo de seguridad que garantice el gesto de autoridad hacia los violentos?

Se ha dicho en el off que Macri está fastidiado como Messi. Las cosas no le están saliendo como quería. Además, el presidente es refractario a los actos protocolares: lo aburren. Está el antecedente del primer desfile militar que se organizó en su presidencia sobre Avenida Libertador, que decidió abstenerse de concurrir para seguir con su rutina de esparcimiento y descaso de los días sábados.

El Subsecretario de la Presidencia, Fernando de Andreis, dio una explicación oficial algo estrafalaria. En realidad, el presidente no le teme a los insultos sino que quiere preservar la tranquilidad de la gente que va a festejar el Día de la Bandera.

 

Por otra parte, Cambiemos suspendió el timbreo del fin de semana, también evaluando el mal humor social.