Macri-Larreta: una relación que pasa por zonas de tensión

El presidente no oculta su fastidio, en privado y en fotos públicas, por el perfil del jefe de gobierno porteño. Larreta descomprime sin descuidar su imagen propia.

La foto malhumorada de la estancia de Macri en el Sur, no fue un hecho casual ni aislado. La relación política con Horacio Rodriguez Larreta pasa por zonas de turbulencia.

Al presidente no le gusta que el jefe de gobierno de la ciudad tenga un perfil tan alto, y permanentes apariciones en los medios. A la vez, el ingeniero revisa la gestión de su sucesor en la Ciudad en forma puntillosa, y piensa que está descuidando algunas políticas como la seguridad y el traspaso de la justicia, que vienen acumulando un cruce fuerte de internas dentro del espacio gobernante.

Hasta en comentarios privados de Olivos, Macri suele traspasar la formalidad de hablar en forma despectiva de Larreta, a quien carga, por ejemplo, hasta por su forma de vestir.

¿Qué le pasa en el fondo a Macri con su socio político en la Ciudad? Lo ve como el competidor más decidido a la presidencia en el 2019. La falta de horizontes competitivos, ante el vacío que deja el peronismo, pone a Larreta como el más peronistas de todos los hombres Pro.

Para Macri, si eww no alcanza por falta de ganas u oportunidad la reelección, tiene como plan A que lo suceda María E Vidal, y sino el jefe de Gabinete , Marcos Peña.

Hay cuestiones de formas pero también de fondo, como ver al mandamás de la ciudad distante de la mano dura que quiere imponer Nación y Provincia en la lucha contra la delincuencia.

El respaldo contundente y polémico que le dio el presidente recibiendo al efectivo de la bonaerense, Luis Chocobar, no dejó espacio a las dudas de los demás referentes del espacio Cambiemos. Al igual que la reducción de la planta de familiares en la administración pública, el presidente parece haber realizado un viraje de percepción en las decisiones políticas, que es gobernar con el “mensaje de la calle”.

Larreta también utiliza la herramienta del eco popular pero lo administra en cuestiones menos drásticas: el nombre de una plaza o bicisendas son actos que siempre parecen dejarlo en una posición de confort que el presidente comienza a recelar.

Macri aún no dio señales de reelección concretas: no lo hará hasta saber como cierra el año 2018, de sacrificio y orden de cuentas. La declaración de Larreta, en el sentido que lo natural sería que todos reelijan en sus distritos gobernantes, sirvió para aflojar tensiones.

Si bien el peronismo está empantanado en su reconstrucción, sus vicios y formatos de poder siguen en la matriz del sistema. Si alguna vez a Menem le surgió un Duhalde ¿alguien puede asegurar que no sea el destino final de la relación entre ambos referentes del oficialismo?