Macri logró que no se hable del Plan V por una semana

Su manejo sobre la convocatoria del diálogo político logró desviar la atención y centralizar otra vez su disputa frente a Cristina.

El Game Of Throne local se juega con “diálogo” o confrontación. Las jugadas son muy finitas y a veces hasta previsibles. Hace una semana, a partir de una filtración a un grupo de periodistas, sólo se habla de las bondades de un acuerdo político del que nadie cree que se vaya a producir antes de conocer un resultado electoral en las presidenciales de octubre.

Empezó algo tosco, con el envío de 10 puntos esenciales de convivencia política. Ffaltó que un joven venezolano las alcanzara a sus destinatarios en bicicleta con la aplicación Glovo.

Massa, que sabe de esos manejos utilitarios, lo llamó el acuerdo por WhatsApp. Macri tomó nota y reconfiguró la propuesta: primero llamando a los principales actores de la contienda y después sellando el protocolo con una carta, que le llegó hasta Cristina.

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En la misiva, Macri invita a sus interlocutores pasivos a abandonar ciertas discusiones que ya no se discuten en los principales países del mundo. Sin aclararlo, se sobreentiende que habla de déficit fiscal y honrar las deudas. El problema a discutir es el cómo.

En el peronismo quedaron de la mano “racional”: Pichetto, Urtubey y Scioli. Otros como el propio Massa o Lavagna pretenden mayor generosidad en la iniciativa, mientras que la Dama de los misterios por ahora calla.

Duhalde lo percibió, como un ex cacique: “El gobierno sigue siendo muy bueno haciendo campañas”.

Vidal fue otra vez muy ponderada en una conclave de círculo Rojo que se jugó con el decorado de Felipe González, en el Malba. La mandataria siguió obediente el guión de la Rosada  y reclamó que Cristina se siente a firmar un compromiso.

El factor anudador de la vuelta de la política por sobre la agenda economica es el Ministro Rogelio Frigerio. El único que cree desde siempre en ese camino. Anoche, le dijo a una mesa de popes periodísticos de América que el acuerdo “es una necesidad política y no un oportunismo”.

Si hay otro sofocón económico en el medio del proceso electoral, lo necesario puede transformarse en urgente. La Iglesia lo sabe por su experiencia del Diálogo Argentino en el 2002. La credibilidad del plan “diálogo” comienza a jugar un partido decisivo.

https://youtu.be/Ju4CnnMZjko