Macri mira atento la pelea Scioli-Cristina

Mauricio Macri tuvo un jueves cargado de eventos y reuniones. A la tarde, se fue a andar en bicicleta por uno de los túneles aliviadores del Maldonado, una de las obras que marcará su gestión, sin duda. No fue solo para la foto. Cuando regresó a su oficina de Bolívar 1, dos horas más tarde, estaba agitado y sucio. No hubo tiempo para cambio de ropa. Sacudió sus pantalones, se sacó sus zapatos marrones embarrados y se los entregó a una de sus secretarias. Mientras regresaba de la Costanera, Hugo Moyano daba su discurso en Ferro. Macri quiso saber detalles cuando se sentó en su oficina. “Llenó el estadio“, le resumió un colaborador. “Pero entonces fue menos gente que a la Plaza de Mayo“, minimizó la convocatoria el jefe de Gobierno. El camionero no parece estar en el menú de preocupaciones de Macri. Mucho antes, está la Presidenta y la suerte del gobernador Daniel Scioli. A las 18 en punto, Macri toma un trago de coca light, se pone los zapatos recién lustrados y se suma a un acto en el Salón Blanco, a metros de su oficina, junto al ministro Daniel Chaín y el secretario Guillermo Dietrich.