Macri, muy enojado con los empresarios, apuesta al milagro del segundo semestre

El gobierno trabaja sobre un compromiso con los principales empresarios de no despedir gente y de aguantar los precios. Un esquema similar al que debió afrontar el Brasil de Fernando Henrique Cardoso pero con una clara diferencia: los empresarios nacionales no son como los cariocas.

El Ministro de la Producción Pancho Cabrera fue el vocero del enojo del presidente con los empresarios. Dijo en una nota radial: “Estoy desilusionado, querían un cambio, que no les griten, y ahora no responden”. Su queja es la de Macri. Es significativo que ahora los ex empresarios en el Gobierno vean más sensatos a los sindicatos que a sus ex “colegas”.

En este difícil contexto, el gobierno trabaja en una concertación social. Sin ponerle nombre rimbombantes, se trataría de un compromiso firmado de no despedir trabajadores en el segundo semestre y parar con la remarcación de precios.

Ya no alcanza con los deseos de la “revolución de la felicidad”. En el gobierno se dan cuenta que será muy difícil pasar de 7 % de inflación ( en abril según los privados) a menos de 2 %.

Al Presidente le aconsejaron seguir el camino que tuvo Fernando Henrique Cardoso, quien al asumir en los 90 el desafío de bajar la inflación, acordó con la principal Cámara de empresarios cariocas. De un IPC del 22% en 1995, pasó a uno del 9,1% en 1996 y que luego continuaría descendiendo hasta alcanzar el 2,5% en 1998.

Para este éxito, firmaron un comprimo de concertación social entre los principales sectores productivos. Macri, conociendo el paño, sabe que cuenta con una desventaja en la comparación histórica. Los empresarios locales no tiene  el espíritu nacional que tienen los brasileños. ¿Harán esta vez un esfuerzo patriótico?