Macri se enojó con Bullrich, que quedó en la cuerda floja

La ministra convocó a las fuerzas de seguridad para reclamarles por el fracaso del operativo en Comodoro Py. Puertas para afuera se trata de desdramatizar pero preocupa mucho que La Cámpora tenga control de la calle.

Hubo un almuerzo en la Rosada en el que oficialmente se dijo que se habló de programas de fortalecimiento de las fuerzas de seguridad. Fueron los jefes de la Federal, Metropolitana, Prefectura y Gendarmería. La ministra, Patricia Bullrich, que recibió una fuerte reprimenda del presidente, pidió explicaciones hacia sus subalternos por las desprolijidades del operativo de prevención en torno a la declaración de Cristina en Comodoro Py.

El Jefe de la Federal, Néstor Rocanglia, a quien se le dio la coordinación interfuerzas por el operativo de ayer, tragó saliva. En off lo Jefes uniformados dicen que no entienden las órdenes de la Ministra, que es ambigua y no se sienten respaldados.

Cabe recordar que la Piba tiene una tarjeta anaranjada desde que le informara erróneamente al presidente respecto de la fuga de los presos de General Alvear. Le dijo que se había recapturado a los tres, los Lanatta y Schillaci, cuando en realidad solo se tenía a uno. El presidente llegó a comunicar la “operación exitosa”.

Desde ese entonces Bullrich bajó el perfil, y la relación con el presidente se enfrió.

En Comodo Py y hoy en el traslado de Cristina a su nueva sede política, a metros del Congreso, La Cámpora ofició de “policía”, controlando la calle con cortes de tránsito no autorizados y prepoteadas a trabajadores de prensa.

A todo esto, desde Casación Penal, su presidente Alejandro Slokar negó que “hayan liberado el edificio a La Cámpora”, quien subrayó que “Comodoro Py estuvo blindado” ya que “hubo un control estricto en el interior del edificio”.

Reconoció que fue una inconducta que se colgara una bandera partidaria de esta agrupación en una de las ventanas del edificio judicial, y que por ello hubo detenidos.