Macri va pese a todas las críticas y a su frágil imagen

No habría plan V. Sin tiempo para cambios, el gobierno se encamina a suerte o verdad, frente a un kirchnerismo que quiere mostrar su cara moderada.

No hay tiempo para improvisaciones. El cambio era antes y el presidente no quiso realizarlo. Ahora, todo cambio de estrategia electoral sonará a debilidad. Las encuestas marcan que la fórmula Alberto- Cristina aventaja por 8 puntos a la del oficialismo, que todavía no se conoce formalmente.

A Macri lo terminó de convencer una charla que tuvo a solas con el ex presidente ibérico, Felipe Gonzáles. Felipillo, venerado por la pobre dirigencia local, es casi una palabra sagrada en cada uno de sus consejos.

El presidente escuchó una recomendación subrayada con la magia de las palabras del gran estadista: “No podes bajarte ahora, sos vos el candidato…”, le dijo el visitante ilustre.

A la vez, encomendó al presidente a no asustarse por las encuestas que le dan mal ya que “los argentinos son muy mentirosos y en esto tampoco dicen la verdad”, remató.

En medio de la acentuada grieta hay un 20% de indecisos, también están los que enojados con el macrismo, porque lo votaron y los defraudó, en una segunda vuelta seguirían apostando pro el PRO.

La tarea de Alberto Fernández es ciclópea. Convencer que el kirchnerismo viene rebajado y el revanchismo es una idea falsa. El peso de la campaña recaerá en él , y la señora parecerá en los momentos indicados para decirles a los fieles que la “Patria es el otro”.

El escaso margen, de uno y oro lado, para dar la estocada final dependerá de la economía y el humor social, un mes antes de la contienda.

Pese a la dureza que tenga el documento del radicalismo se sabe que no habría ruptura. Pronto estará el cierre de las listas y la candidatura de Macri será una realidad tangible. El problema será, entonces, que promesa creíble tendrá para repartir de nuevo con vistas a su reelección.