Manzano, de la agenda de Epstein a quedarse con Edenor

Junto a Daniel Vila y Mauricio Filiberti, dueño del Grupo Transclor, acordó comprarle a Marcelo Mindlin las acciones de Edenor,

Pasan los años, pero José Luis Manzano siempre está. Ya fuera en los años noventa desde los Estados Unidos o más acá en el tiempo desde Suiza, el ex ministro del Interior de Carlos Menem ya no “roba para la corona” sino que suma negocios para su propio reinado.

Manzano, junto a Daniel Vila, su histórico socio, y Mauricio Filiberti, dueño del Grupo Transclor, acordó comprarle a Marcelo Mindlin las acciones de Edenor, una de las concesionarias eléctricas del Gran Buenos Aires, de las más importantes de América Latina.

A Mindlin le sirvió vender la concesionaria para poder concentrarse con su principal empresa, Pampa Energía, en el desarrollo de Vaca Muerta mientras que a Manzano lo convenció quedarse con una de las compañías clave en la distribución del servicio de luz en el AMBA.

La llegada de Manzano a Edenor de la mano de Daniel Vila, su socio en el multimedios, del que sobresale el canal América, muy cercano al kirchnerismo, al punto de haberse mostrado en la presentación del libro de Cristina Kirchner, lo acerca también, de nuevo, a la Casa Rosada.

El Gobierno dejó trascender en noviembre que no dolarizará las tarifas del servicio eléctrico, pero que sí las actualizará con fuerza en 2021 para achicar los subsidios sin que la diferencia sea pérdida para Edenor y Edesur. La llegada de Manzano y Vila confirma la estrategia oficial.

De esta manera, Manzano vuelve a los primeros planos de la agenda nacional luego de que trascendiera no mucho tiempo atrás que figuraba en la agenda de Jeffrey Epstein sin que nadie le preguntara sobre su relación con el pedófilo que murió en una cárcel de los Estados Unidos.

En la página 35 de la agenda aparecía la dirección y el teléfono de Manzano de cuando vivía en California, en Estados Unidos, y también números de la Argentina. En la agenda también figuraban, entre otros, el príncipe Andrés, del Reino Unido, que debió aclarar su relación con el acusado.
La agenda de Epstein, publicada por Anonymous, fue una de las pruebas clave del caso. Muchos de los que aparecían en esas hojas también frecuentaban al empresario en su isla privada del archipiélago de las Islas Vírgenes, escenario de muchas historias que comenzaron a aparecer tras su muerte.
Estar en una agenda, claro, no es delito. No explicar la relación con el dueño de esa agenda, tampoco. Como sea, Manzano dejó atrás ese incidente, por llamarlo de alguna manera, y cerró un acuerdo para quedarse con Edenor.