Maradona volvió con sed de venganza

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No pudo ser más caótica la llegada al aeropuerto de Ezeiza de Diego Maradona. Insultó a los periodistas e instruyó a su nueva novia, Rocío Oliva, para que se abriera paso a los codazos ante la maraña de camarógrafos. Al principio estaba autorizado para salir por pista, una vez que hiciera migraciones. Sin embargo, existió una contraorden y no se le permitió ese privilegio. Al parcer, en el avión que lo trajo de Qatar, Maradona habría golpeado a un pasajero que le aconsejó un complemento dietético, en pleno vuelo. Ante los periodistas se mostró muy agresivo, como si estuviera borracho, y ante la requisitoria los llamó “ortibas”. También insultó a Rial y Ventura, con quienes mantiene una fuerte rivalidad, por entender que se meten con su entorno familiar. Ventura fue quien anticipó que el ex jugador regresaba furioso por no compartir la decisión de Claudia Villafañe de vender la propiedad en la que vivieron los padres, en el barrio de Villa Devoto. También en el aeropuerto lo alentó un grupo de barrra bravas de Boca que se disponían a partir hacia Brasil. Maradona llegó para conocer a su nuevo hijo, que tuvo con Veronica Ojeda, Diego Fernando. Su furia con la prensa se replicó en su casa que Ojeda tiene en Ezeiza donde arrojó piedras a los cronistas que mantuvieron una guardia en el lugar. Por último, esta caótica escala de Maradona en el país, se completará con una entrevista que le hará Susana Gimenez, para su regreso a la tv. Por sentarse en el sillón de Susana, Diego cobraría cecar de 1 millón de dólares.