Marcos Peña aplica la lapicera y tiñe de amarillo las listas

Una idea que se está bajando es que algunos ministros o funcionarios comunales tendrán que ser candidatos para construir futuro.

La elección legislativa de octubre dejará muy clara la composición del nuevo poder político en la Argentina. Nunca se quisieron llamar un gobierno de Alianza, para espantar el maleficio de 2001, y está claro que la forma de construir gobernabilidad es muy diferente a dicho antecedente.

Macri tiene a los radicales decorando el gabinete en puestos no relevantes. El que más poder iba a tener era el tucumano José Cano, que con el ambicioso Plan Belgrano aun no arrancó.

El armado de listas en Cambiemos pasa por la plena supervisión del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que impugnó al radical Mario Barletta en Santa Fe, quien pese a hacer esfuerzos mediáticos por complacer al oficialismo, no pudo quitarse su patina anti aliancista en el debate que fracturó la UCR.

Aceptaron desde la Rosada que lidere la lista santafesina un radical pero de paladar menos aparatoso, como el Secretario de Políticas Universitarias Alberto Cantard.

La experiencia de tener casi un gobernador, y después un embajador reconvertido en Midachi, saca enseñanzas a futuro sobre cómo apuntar a las inferiores y hacer la escuelita política.

Esta primera fricción se repetirá en cada uno de los 24 distritos electorales donde además de senadores y diputados se elegirán concejales y comuneros. La idea del gobierno es aprender de la inexperiencia inicial y construir un proyecto a largo plazo, sin dejarse primerear por los dos partidos tradicionales. La visión del gran partido de derecha democrático está en la cabeza de quien hizo sus primeros pipinos en el FREPASO.

Una idea que se está bajando, es que algunos ministros o funcionarios comunales, tendrán que ir a la arena electoral para construir futuro. La inexperiencia con la que los agarró a muchos jóvenes intendentes del Pro, hoy hace recapitular el camino en una elección de mitad de término, que es tomada para agarrar impulso.

Otra idea vertebral, que se baja en las reuniones de unificación de comunicación de los tres principales distritos que gobiernas se resume así: ¨Macri y Vidal son lo mismo¨. La aclaración prefiere recaer en redundante por algunas jugadas distantes a la lógica de Balcarce que supo tener María Eugenia, sobre todo en materia de derechos sociales.

No quieren grietas de campaña sobre todo en una batalla caliente como sería enfrentar a Cristina, casi una final de la Champions, en los términos futboleros tan frecuentes en el Ingeniero.

A la vez, quedaron en minoría los que quieren ampliar la coalición de gobierno. Ni peronistas “amigos” ni radicales de comité. Este gobierno solo acepta aliados personales o pequeños cameos de una película que tiene varios capítulos difíciles por delante.

¿Las PASO?.. ¿con qué se come? En Cambiemos la prioridad es vertebrar el poder y dejar que el show del internismo cocine en su propia salsa el PJ. Una intención poco republicana pero pragmática en quienes quieren recibirse en una nueva configuración de poder.