Marcos Peña ya piensa en el día después

Ha sido el hombre del presidente. Nadie como él entiende e influye sobre Macri. Las facturas dentro de Cambiemos lo dejarían afuera en una próxima etapa, sea opositor u oficialista de “milagro”.

“Es un depredador del poder”. Así lo define uno de los ex funcionarios que ya mira el proceso de fin del gobierno de Macri desde un costado.

El concepto encierra cuotas importantes de críticas sobre cómo se fue encerrando un gobierno al carecer de respuestas políticas y económicas pero también una cuota de admiración sobre cómo pudo ganar la cabeza y el corazón del presidente.

Cuando Marcos Peña era funcionario porteño, del entonces jefe de gobierno, su poder de influencia era más compartido. Macri escuchaba a quien era su secretario de gobierno, como también a Larreta y a sus amigos más cercanos.

Cuando arribaron al poder de la Rosada, Marcos fue fagocitando a cada uno de sus potenciales rivales, hasta que aquella mesa chica que compartió con Lopetegui y Quintana se fue transformando en un unicato y una suerte de “Gran Hermano” en el gobierno, en el que el gran simulador entornaba como quería al presidente.

Marcos Peña tiene todo lo que a Macri sabe que le falta: formación intelectual, discurso y una austeridad a prueba de todo. Su problema es que no sabe compartir talentos en un equipo que ya quedó en claro que no fue “el mejor de los últimos 50 años”.

Marcos tiene todo lo que a Macri sabe que le falta : formación intelectual, discurso y una austeridad a prueba de todo, Su problema es que no sabe compartir talentos en un equipo que ya en claro que no fue “el mejor de los últimos 50 años”.

 

El discurso fue convincente, en tiempo de bonanzas, pero no alcanzó ante la severas dificultades de los malos resultados económicos. Sus manejos de poder interno lograron encapsular las críticas de Lilita Carrió, que sigue convencida que el problema del gobierno fue tratar de abrir canales (siempre tardíos) con el peronismo a través de figuras como Frigerio, y sin embargo, defendió a ultranza a los “talibanes” que militaron en que se podía eliminar de la escena al PJ. Cuando hubo referencias a la comunicación, la culpa siempre la tiró en la cara de Jaime Durán Barba.

“Lilita” fue despiadada con casi todos, incluso a veces con el propio Macri. Pero nunca cuestionó la continuidad de Peña. La Big Data y una relación de ingenuo con los medios tradicionales fue la fórmula central de comunicación con una contenido de hipertensión optimista.

Tras las PASO, esto quedó en el centro de la discusión y hubo cuestiones que se redefinieron con participaciones de terceras personas como las de Hernán Lombardi, artífice de las 30 movilizaciones la plazas públicas. La experiencia de cercanía le permitió al primer mandatario recuperar su  autoestima.

Sin embargo, Peña reemplazó al presidente en un acto de campaña en Jujuy al que Macri no pudo ir y llevó el mensaje central del gobierno. Fue orador compartiendo la tribuna con el gobernador Gerardo Morales. Aquí una de las ultimas y pocas entrevistas que dio en el transcurso de su manejo omnipresente de la comunicación.

El día de la movilización espontánea en Plaza de Mayo, que convocaron en redes Brandoni y Campanella, Macri quedó junto a la Primera Dama balconeando ante la multitud sin un soporte técnico para aprovechar el mensaje. No hubo drones ni cámaras manejadas por La Corte, como en los actos de Cambiemos que siempre mandan imagines cuidadas a los canales. Solo Macri y Awada con sus celulares. ¿Ex profeso o falta de timming? Hoy todo lo que antes se veía asombroso se factura ante la debilidad del hacedor de sueños.

El retumbante “Si Se Puede” tiene una mirada complementaria: hay que preparar al presidente para la transición y el traspaso de poder. Nadie se imagina que por mas que considera a Alberto como un “enemigo”, dejará de estar en esa ceremonia que Cristina le ninguneó.

El aislacionismo y la falta de autocrítica lo llevará a tener un sentimiento parecido a de otros ex presidentes, es decir “fui un incomprendido por la sociedad que no entendió el cambio”.

¿Cómo será el día después de perder el gobierno? Está claro que Larreta y Vidal ya no lo quieren dentro del núcleo de decisiones. Es posible que Macri mismo tome distancia del país por un tiempo radicándose en el exterior. También quienes conocen al Jefe de Gabinete saben que en política vino a quedarse e incluso irá por una revancha personal que lo tendrá en una pata de la reconstrucción.