Marijuan primero avisó por escrito y luego en persona

El martes parecía un día tranquilo en Comodoro Py, hasta que al mediodía explotó el clima festivo. Alguien estaba inquieto. El fiscal Guillermo Marijuan, a través de un empleado de su fiscalía, presentó un escrito en la mesa de entradas del juzgado federal que dirige Sebastián Casanello. Era nada más y nada menos que el pedido de indagatoria del empresario Lázaro Báez por lavado de dinero.

Un colaborador le acercó el escrito al juez, quien estaba a punto de irse a comprar los regalos de Navidad. Cassanello lo leyó por arriba, se sorprendió con el contenido y levantó el teléfono. A los pocos minutos el fiscal bajó hasta el cuarto piso. Estaba exultante y vestido con un look muy informal.

Marijuan le explicó al juez en persona los argumentos de su dictamen. Casanello se quejó porque algunos portales de noticias ya habían publicado la información. En el juzgado se quedaron hasta muy tarde delineando las medidas que se iban a realizar en función del pedido del fiscal. Los empleados se quejaron porque venían de varios días agitados con mucho trabajo y varios detenidos.