Martín Lanatta tendrá una vianda especial en la cárcel

“Quiero ir a los pabellones, no quiero estar aislado”, soltó Martín Lanatta ayer al mediodía cuando se entrevistó con el procurador penitenciario, Francisco Mugnolo.

El condenado por el Triple Crimen está alojado en el módulo 3 de Ezeiza, en una celda de máxima seguridad. En esa misma área hay detenidos que fueron sancionados por peleas.
Lanatta tiene las comunicaciones restringidas, pero ya pudo tener contacto con su familia: el lunes se pudo entrevistar con su hijo Agustín. En el sector donde está alojado hay cámaras de seguridad que monitorean los pasillos, pero no se ubicaron cámaras especiales dentro de la celda.
En la entrevista con Mugnolo, Lanatta se quejó por sus condiciones de detención, algo que es habitual en la mayoría de los presos, y denunció que no le habían servido la comida. El reclamo llegó a oídos del director del penal, quien pidió que le hagan una vianda.

Sus abogados también hicieron llegar un reclamo por escrito ante el juez federal Sergio Torres, quien ayer le corrió trasladado al Servicio Penitenciario Federal.

Los otros dos condenados, Cristian Lanatta y Victor Schillaci, llegaron a la cárcel el lunes muy tarde. Los trámites de ingreso terminaron cerca de las 2 de la madrugada del martes. Ayer al mediodía, cuando Mugnolo se entrevistó con Martín, todavía estaban durmiendo en sus celdas.

Schillaci fue alojado en el módulo de ingreso, y su amigo Cristian en el módulo 4, a unos 100 metros de su hermano. Los tres están separados por decisión del Servicio Penitenciario, aclararon en Tribunales. Tampoco podrán tener contacto con otros dos detenidos por causas relacionadas a la venta de drogas: Mario Segovia, conocido como el “Rey de la efedrina”, y el ucraniano Yury Kepich.

En la entrevista con Mugnolo, Lanatta preguntó por su hermano: “¿Ya lo trajeron?”. El defensor de los presos le confirmó que lo habían trasladado la noche anterior y que estaba descansando.

El líder de los ex prófugos también prometió hablar ante el juez Torres, tal como vienen sosteniendo sus abogados. Por ahora son solo promesas.