Milei prefirió pagar y no ir a un restaurante

Mostrando a fondo sus prejuicios, Javier Milei, terminó gastando plata para su campaña pero desistió de ir a un salón que le habían reservado. Ese lugar queda en un histórico restaurante porteño que fue cuna de reuniones de radicales y socialistas. Cuando se enteró de esos detalles, decidió no ir para mantener el perfil anti casta. Lo cierto es que el salón ya había sido pagado. Perdió el dinero pero no su fanatismo.