Nadie cede: los empresarios desconfían del rumbo de Macri

En charlas del Círculo Rojo sostienen que el gobierno está perdiendo el tiempo y no profundiza el ajuste. Penaban que después de la devaluación del peso, las reformas se iban a profundizar.

No es fácil gobernar. La Ciudad contiene a la Rosada pero pasar de una liga importante a la mayor es distinto. Axiomas que se van asimilando conjuntamente con los golpes cotidianos de la crisis.

Macri sigue cayendo en las encuestas, y decidió que ese costo será compartido por las otras estrellas de Cambiemos. Vidal es expuesta para explicar decisiones y rumbos de los que en su fuero íntimo siente cierta distancia.

El empresariado percibe que la designación de Dujovne como ministro coordinador fue tan solo una simulación para pararse frente a las negociaciones con el Fondo Monetario.

En la cinchada pública, los directivos del sector alimenticio quiere seguir remarcando, sin tener en cuenta que el consumidor está a la defensiva, haciendo cuentas sobre el costo de vida en el segundo semestre.

Mayor fundamento le asisten a las empresas energéticas que aguantaron un status quo tarifario en el 2017, y esperaban recuperase este año. La situación solo dio para que se reajustaran algunas tarifas pero a un dólar a 18, y no a 25.

El gobierno quiere continuar la idea de gradualismo aunque sea acelerado. Difícil que Lagarde lo compre pese a la nueva imagen que quiere proyectar el organismo que preside.

Los ex Ceos que se pasaron en la esfera de lo público comienzan a sentir el rigor de la realidad y la pugna de intereses. Quintana está debilitado y deberá dar señales urgentes de transparencia si quiere seguir en la Rosada.

La foto de Dujovne recibiendo a los economistas top de la ortodoxia trató de llevar tranquilidad.

La capa principal de los empresarios argentinos ve que “quiso de los últimos 40 años” comerte impericias, errores no forzados y que la política tradicional espera su turno para re lanzar al gobierno. Macri, el ingeniero, sigue su plan, aunque muchos ya duden de qué se trata.

El nadie cede va también para la oposición y los grupos sociales. La ventana de oportunidad se maximiza con consignas grandilocuentes como “La patria está en peligro”.