No aparecen los cuadernos originales y se agitan los fantasmas sobre el escándalo

Este jueves hubo dos procedimientos. Crecen las sospechas sobre la versión del chofer.

Luego de declarar como arrepentido, el chofer Oscar Centeno fue con el fiscal Stornelli hasta su casa, tomaron una llave y se dirigieron a una casa en Bella Vista, pero tampoco estaban los famosos cuadernos. Por estas horas, en Tribunales nadie confirma ni desmienta que estén los cuadernos originales. Los abogados de los acusados ya tienen una batería de recursos si se confirma que no están en poder de la Justicia.

El primer procedimiento de la tarde fue en la casa de Centeno, en Olivos (ver fotos). Luego se dirigieron a la casa de su cuñado. En ese segundo allanamiento, además de la Policía estaba una vecina y el dueño de la casa, que oficiaron de testigos. Luego de más de una hora, Centeno, esposado, fue retirado del lugar.

Los ocho cuadernos escritos por Centeno durante sus servicios como chofer de Baratta, quien fuera el segundo de Julio De Vido en el ministerio de Planificación kirchnerista, fueron clave para la detención de catorce ex funcionarios kirchneristas y empresarios de la construcción. A esta hora, la hipótesis es que el diario La Nación tuvo los originales al comienzo de la investigación y luego tuvo que devolverlos y se manejaron con fotocopias y copias escaneadas. 

¿Si no aparecen los originales se puede derribar la causa? ¿O alcanza con la confirmación que hizo el ex chofer de Baratta ante la Justicia? Para el fiscal, no hacen falta.