Lucila De Ponti: “No creo que Cristina termine presa”

ExpedientePolitico entrevistó a la diputada más joven del Congreso. Hoy su principal referente es el Papa Francisco.

Lucila De Ponti forma parte de una nueva camada política. Integra el Movimiento Evita y es diputada desde 2015. Se involucró en la política en 2003, cuando una inundación azotó Santa Fe, y se acercó a un centro de evacuados para ayudar.

Desde entonces, no se despegó más y comenzó una vertiginosa carrera. Hoy es la diputada más joven del Congreso.

Hace poco tiempo, protagonizó involuntariamente una exhibición de su privacidad, cuando circularon por Whatsapp fotos íntimas. Un escándalo nunca aclarado.

– ¿Cómo comenzó su pasión por la política?

– Empecé a participar desde el compromiso social en el 2003 cuando mi cuidad, Santa Fe, se inundó. Había miles de personas en el centro de evacuados. Yo vivía cerca de la UTN y ahí instalaron un centro de evacuado donde íbamos con mis amigas de la escuela a colaborar. Después cuando fui a estudiar a Rosario empecé a participar de la organización estudiantil y de ahí en adelante nunca dejé la militancia, porque me convencí de que la política y la organización colectiva es la única forma de transformar la realidad injusta.

– ¿Por qué inició una carrera ligada a la política?

– El compromiso que asumí me fue llevando a tomar responsabilidades y en el 2015 integré la lista a diputados nacionales por la provincia de Santa Fe, en representación del Movimiento Evita y fui electa. Era mi primer candidatura y es la primera vez que ocupo un lugar de representación institucional. Es un gran desafío pero sobre todo una enorme responsabilidad y compromiso de trabajo.

– ¿Considera que forma parte de una camada de jóvenes políticos? ¿Hace falta recambio en la política? ¿Hay recambio?

– Soy la diputada más joven del Congreso e integro la nueva camada. Creo que nuestra participación generacional es importante, así como de los que se vayan sumando en el futuro. La mirada de los jóvenes, nuestra impronta y nuestra dinámica de trabajo, le aportan a la discusión política y a la gestión una cercanía mayor con las pautas culturales y sociales propias de nuestro tiempo, de este siglo XXI.

– ¿La juventud es sinónimo de transformación?

– No, y tampoco es una virtud en si misma. Hay jóvenes en todos los espacios político y de hecho, el líder mundial que a mi criterio tiene hoy un mensaje más transformador que cualquiera es el Papa Francisco, y no es precisamente alguien joven.

– ¿Por qué en los últimos años se vio una importante inserción de los jóvenes en la política?

– Hubo un proceso muy profundo de revalorización de la política y de la militancia que se inició en 2003 cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia. Veníamos de 2001, de la peor crisis de nuestra historia como país, con problemáticas sociales que nos estaban destruyendo y que era necesario resolver de inmediato, en una sociedad que veía en los políticos a ladrones que habían buscado enriquecerse a costa de la pobreza del pueblo o que eran inútiles para resolver sus problemas. Néstor, y después Cristina, se fortalecieron desde la política para reconstruir nuestro país, nos ayudaron a volver a creer en la política como esa herramienta de transformación. Eso generó que los jóvenes sintiéramos la necesidad de participar y de militar para hacernos cargo del futuro de nuestro país, y para hacerlo trabajando en el presente. Todas las organizaciones y los partidos políticos se llenaron de jóvenes.

– ¿Cuáles son las principales urgencias del país? ¿Qué es lo que más le preocupa?

– Las demandas más urgentes son las que impiden que se pueda vivir dignamente. Nosotros tomamos una consigna del Papa Francisco para sintetizarlas: tierra, techo y trabajo. Que no es más que garantizar los derechos básicos que necesita cualquier persona para vivir, pero que lamentablemente en nuestro país siguen existiendo estas heridas profundas por las cuales una parte de la población no tiene acceso a una vivienda, ni a un trabajo digno ni a un espacio donde desarrollarse. La verdadera grieta en Argentina está en la injusticia hacia esos sectores vulnerados, a quienes se les quitó la posibilidad de acceder a los derechos básicos y están excluidos de toda posibilidad de vivir con dignidad.

– ¿Imagina a Cristina otra vez al frente del país? ¿O cree que terminará en prisión?

No creo que termine en prisión. El destino de nuestro país, la posibilidad de que el conjunto de nuestro pueblo pueda vivir con dignidad, no puede estar atado a la suerte de una persona. Yo creo que es el pueblo, los trabajadores y trabajadoras, el pueblo humilde, el que tiene necesidades, los sectores medios que se ven perjudicados en sus condiciones de vida, a través de la participación, de la movilización y la organización empujan los procesos de transformación y generan los cambios.