“Nos apretaron”, la frase que repetirán todos los empresarios arrepentidos

La defensa del empresariado salpicado por los escritos de Centeno tiene una misma matriz de defensa. ¿Les alcanzará?

Los aprietes del kirchnerismo al empresariado fueron debidamente ilustrados en el reciente revisionismo de la época del mando de Néstor y Cristina.

Desde la Secretaría de Comercio de Guillermo Moreno se les dictaba la política empresarial, a través de los representantes del estado en las compañías de servicios.

Solo un par de voces, como la del ex Ceo de Shell y después funcionario de Macri Juan José Aranguren, quien llegó decir que “muchos” de sus colegas prefieren “aguantar” y aceptar que Moreno diga lo que quiera a pesar de que “no sabe de lo que está hablando”.

Quizás vaya quedando más claro el por qué del silencio y la docilidad aparente. Moreno les daba con el látigo pero Don Julio y sus colaboradores estrechos habilitaban soluciones a través de “colaboraciones” para la campaña.

El primo del presidente Macri, Angelo Calcaterra, también se abocó al régimen de “arrepentido”. Quiere adelantarse a los tiempos de una indagatoria que cae de maduro. Su lógica discursiva será “si pagué, pero fue en el marco de aprietes y presiones del kirchnerismo”.

Inclusive, Calcaterra dirá que los pagos que hizo fueron muy menores a los que describen los cuadernos escritos por el chofer Centeno.

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El primer “arrepentido” en la causa del Lava Jato nacional fue Juan Carlos De Goycochea, un empresario cordobés, que ya había estado sospechado a través de sus gestiones para la española, Isolux.

Para los Lázaro o Ferreyra, siempre estuvo en el horizonte las complicaciones cuando finalizara el gobierno K. En cambio, los empresarios salpicados, ni en su peor pensamiento imaginaron peregrinar y quedar presos en Comodoro Py.  Se ablandan más fácil que los paladar negro de la política.

La suma de arrepentidos puede subsanar la endeblez de las copias de los cuadernos. Los originales habrían sido quemados por Centeno cuando le fueron devueltos por su amigo, quien a la vez se los dio -sin decirle- al periodista de La Nación, Diego Cabot.

La conexidad de los indicios con el caso Odebrecht, que produjo las detenciones de empresarios y políticos brasileños hasta llegar a Lula, es indudable.

En las últimas horas se homologaron acuerdos entre fiscales de ambos países para cruzar información. Desde el Grupo Techint al empresario Corcho Rodríguez tiene motivos para comenzar a preocuparse.

En tanto, falta el “arrepentido” de la política. Dicen que cerca de dar ese paso estaría, José María Olazagasti. El Vasco, como lo llaman al ex secretario privado de De Vido, se mantenía en una llamativa distancia de la órbita de los jueces.

Ahora, tiene fecha de indagatoria. Un hombre que pasó por la ex Side y acumuló en este tiempo muchísima información.